miércoles, 9 de junio de 2021

“La vida soviética”


 Así se intitula el libro de Gabriel Froment-Meurice, Colección “¿Qué sé”?, Ediciones Oikos-Tau, S.A., primera edición en lengua castellana 1972, traducido por Eduard Pons, 110 páginas, incluido “Índice”.

La obra consta de cinco Capítulos, todos ellos interesantísimos: ( I ).- “Datos importantes”; ( I I ).-“ Vida económica”; ( I I I ).- “La jornada y la semana”; ( I V ).- “El año”, y ( V ), “La vida individual”. Este es otro libro que nos narra todas las barbaridades del sistema comunista y que, como otros, los de la internacional de la mentira, del odio y del terror no dicen ni mu.

Como ya saben, la historia de la destartalada URSS, como la historia de cualquier nación regida por un sistema opresor y totalitario, tiene dos versiones: la oficial, que suele ser falsa, y la no oficial que suele ser la verdadera. En la primera se narran y se cuentan las cosas dichas y no hechas, mientras que en la segunda se cuentan las cosas hechas y no dichas. Obviamente, de la versión oficial existen muchos libros publicados. De la no oficial también existe abundante bibliografía, aunque se intente silenciar.

Dentro del Capítulo I, el apartado V I I intitulado “La vivienda”, página 19,  nos habla del problema que existía en la URSS sobre este tema:

“Se repartieron todas las casas y edificios en apartamentos comunitarios, donde a menudo, una familia no poseía más que una sola habitación, y en los que de 6 a 10 familias se repartían la misma cocina y el mismo aseso”.

En el apartado I del Capítulo I I (“Vida económica”), página 26, se comenta la consigna de Kruschev cuando dijo aquello de “Alcanzaremos y adelantaremos a Estados Unidos”. Sin comentarios. A continuación se lee:

“ . . . La Unión Soviética ha tenido que comprobar que el mundo de hoy ya no es el de Lenin . . . Las voces de los consumidores se elevan hoy para protestar contra la crisis de viviendas, la falta de carreteras y de vehículos, la insuficiencia de bienes de consumo, la escasez de diversiones, etc”.

Dentro del Capítulo V intitulado “La vida individual”, en el Apartado I I intitulado “La educación y la instrucción”, se lee en la página 84:

“El cine, la televisión, y la publicidad son muy rigurosos en el terreno de los problemas sexuales y, al revés de la tendencia que hay en Occidente hacia la escalada sexual, los soviéticos orillean estos problemas. . . Ello favorece el culto, entre los adolescentes, a una sensibilidad romántica que raya en el irrealismo”.

En lo referente al cine, se lee en la página 57:

“Se da el caso de que sean películas extranjeras las que tengan mayor éxito. Asó ocurrió con Fantomas, que tuvo una audiencia inigualada, lo que enfureció a los ideólogos y motivó las protestas de los pedagogos”. En fin, sin comentarios también.

Recomendamos leer este magnífico libro en el que se ven la sarta de mentiras de aquel nefasto sistema.

Como dato curioso recordar que las canciones y la música del popular conjunto “The Beatles”, tan de moda allá por los años 60 del pasado siglo X X, estuvieron prohibidas en la URSS, porque  promovían los ideales capitalistas y la cultura occidental”.

Pero, claro, oiga, aquí durante la nefasta Segunda República Española, se gritaba “¡Viva la URSS!”, o se ponían imágenes en la Puerta de Alcalá de líderes soviéticos, o se gritaba “¡Como en Rusia!”, o se constituían asociaciones como “Amigos de la URSS”.



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