Y terminamos ilustrando al doctor Sancheznstein
animándole a que lea los libros mencionados en la primera entrega, en la que
decíamos que en una serie de ellas íbamos a ver lo que dicen esos libros, amén
de ciertos periódicos de la época.
Recomendamos al “doctor” que lea lo que aparece en el diario
ABC de fechas 7 de abril de 1936, y 7 de junio de 1934. En el de la primera
fecha, en la parte inferior derecha hay un título que dice “Lo que sí se
puede decir”. Por si no lo pueden leer, lo transcribimos:
“El domingo se concentraron en la plaza de toros de Madrid
las juventudes comunista y socialista.
Llevaban banderas rojas con la estrella soviética, lucían
uniformes, cantaban su himno, La Internacional.
En la plaza de toros les dijo Largo Caballero: ‘Los que
aspiramos a realizar una revolución social no podemos fiarlo todo a la unidad
orgánica, porque sin la ideología no seríamos más que mesnada. Vengo como
notario a tomar fe de vuestros propósitos, a confirmar por mí mismo el deseo de
la juventud de unirse, de prepararse para el momento definitivo, que sospecho
no tardará mucho en llegar. Ese momento, en que el proletariado ha de cumplir
su misión histórica . . .”
¿Era este el “vínculo
luminoso de nuestro pasado”, “doctor”?
En
fin, este sujeto y los que tiene alrededor, están ejerciendo un dominio
totalitario con el objeto de demonizar todo lo que no esté de acuerdo con su
manera de pensar, sobre todo en temas y asuntos históricos. Así, por ejemplo,
aquella nefasta República la presentan como un modelo de democracia que fue
echada por tierra por el fascismo y por la iglesia. Pero de los miles y miles
de crímenes, asesinatos, violaciones, incendios, destrucciones, etc, cometidos
por los rojo-republicanos, no dicen ni mu. Y decimos rojo-republicamos, porque los
verdaderos republicanos, tales como por ejemplo José Ortega y Gasset, Julián
Besteiro, Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Salvador de Madariaga y un larguísimo
etc, reconocen que la destrucción de aquella República fue llevada a cabo
precisamente por los que se consideraban “republicanos”, es decir, por los de
la mentira, el odio, el terror, el oír, ver y callar, que no querían saber nada
del orden, del respeto y de la libertad.
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