martes, 29 de junio de 2021

La República del doctor Sancheznstein ( y X X I V )


 


Y terminamos ilustrando al doctor Sancheznstein animándole a que lea los libros mencionados en la primera entrega, en la que decíamos que en una serie de ellas íbamos a ver lo que dicen esos libros, amén de ciertos periódicos de la época.

Recomendamos al “doctor” que lea lo que aparece en el diario ABC de fechas 7 de abril de 1936, y 7 de junio de 1934. En el de la primera fecha, en la parte inferior derecha hay un título que dice “Lo que sí se puede decir”. Por si no lo pueden leer, lo transcribimos:

“El domingo se concentraron en la plaza de toros de Madrid las juventudes comunista y socialista.

Llevaban banderas rojas con la estrella soviética, lucían uniformes, cantaban su himno, La Internacional.

En la plaza de toros les dijo Largo Caballero: ‘Los que aspiramos a realizar una revolución social no podemos fiarlo todo a la unidad orgánica, porque sin la ideología no seríamos más que mesnada. Vengo como notario a tomar fe de vuestros propósitos, a confirmar por mí mismo el deseo de la juventud de unirse, de prepararse para el momento definitivo, que sospecho no tardará mucho en llegar. Ese momento, en que el proletariado ha de cumplir su misión histórica . . .”

¿Era este el “vínculo luminoso de nuestro pasado”, “doctor”?

En fin, este sujeto y los que tiene alrededor, están ejerciendo un dominio totalitario con el objeto de demonizar todo lo que no esté de acuerdo con su manera de pensar, sobre todo en temas y asuntos históricos. Así, por ejemplo, aquella nefasta República la presentan como un modelo de democracia que fue echada por tierra por el fascismo y por la iglesia. Pero de los miles y miles de crímenes, asesinatos, violaciones, incendios, destrucciones, etc, cometidos por los rojo-republicanos, no dicen ni mu. Y decimos rojo-republicamos, porque los verdaderos republicanos, tales como por ejemplo José Ortega y Gasset, Julián Besteiro, Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Salvador de Madariaga y un larguísimo etc, reconocen que la destrucción de aquella República fue llevada a cabo precisamente por los que se consideraban “republicanos”, es decir, por los de la mentira, el odio, el terror, el oír, ver y callar, que no querían saber nada del orden, del respeto y de la libertad.




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