Como ya sabrán, el anticlericalismo del siglo XIX y
principios del XX, iban también a marcar el devenir de la II República
española.
Como ya es sabido, durante el siglo XIX y comienzos
del XX, tuvieron lugar violentísimos y sangrientos brotes de anticlericalismo.
No hay más que recodar los asaltos y motines contra procesiones religiosas de
Semana Santa en Málaga, Alicante o Valencia. Especial mención merece el
terrible atentado anarquista en Barcelona, cuando se celebraba la procesión del
Corpus el día 7 de junio de 1896: 12
muertos y 64 heridos. También en esta misma localidad, en 1909 ya arden
conventos, por poner sólo unos ejemplos. Durante lo que se llamó el “trienio
bolchevique” (1918-1920) en Andalucía, también tuvieron lugar persecuciones e
incendios en aquella región.
Dando un salto en la Historia, nos trasladamos al 17
de mayo de 1902, fecha en la que es proclamado rey de España Alfonso XIII, un
niñato de 16 años. Este sujeto, abuelo del patrón del “Bribón” y del jaleo
real, además de reinar quiso gobernar, cosa imposible ésta por su ineptitud y
sus “aficiones” (Recomendamos leer el artículo sobre el libro “El patrimonio de los Borbones”, insertado
en este blog con fecha 29 de setiembre de 2.016).
Por otra parte, desde la promulgación de “La Pepa” el
19 de marzo de 1812, que fue la primera Constitución española, hasta la
redactada e impuesta en 1931, España tuvo seis Constituciones, seis, todas ellas
distintas. La de 1869 fue la más democrática de todas las que se habían
promulgado hasta la fecha. Se contemplaba una extensa Declaración de Derechos
Humanos, amén de considerar el sufragio universal y la libertad de culto, entre
otras grandes cosas.
Todas estas cosas no pudieron llevarse a cabo porque
el jefe de Gobierno, Juan Prim y Prats,
se vio desbordado por una serie de acontecimientos, antes de ser
asesinado en 1870. Estos acontecimientos, basados e inspirados en los lemas de
la Comuna de París, hicieron que varios municipios, como Granada, Sevilla,
Málaga, Alicante y varios más, se autoproclamasen pequeñas repúblicas. Este
proceso se denominó movimiento cantonalista.
Posteriormente, la Restauración de 1874 trajo como
consecuencia otra Constitución: la de 1876, que se prolongaría hasta la
republicana de 1931, aunque fuese suspendida por Primo de Rivera en 1923.
Las noticias de la revolución soviética, empezaban a
circular con la consabida propaganda. En 1917 se producen multitud huelgas, con
grandes y graves repercusiones en la
economía. En 1921 se reanudan los atentados terroristas: asesinato del jefe de
Gobierno Eduardo Dato, así como el del arzobispo de Zaragoza, Soldevilla, y de
Martínez Anido, gobernador civil de Vizcaya, etc, etc.
Posteriormente, y con el general Primo de Rivera en el
poder ocurrieron una serie de acontecimientos fatales para España y para la
monarquía, demostrando que Alfonso XIII no supo ni reinar ni gobernar.
Como puede observarse, la conflictividad social era
enorme, parecida a la que se desencadenaría en los primeros meses de 1936.
¿Figurará esto en la “memoria democrática” de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda? ¿Es este el “vínculo luminoso”?
Continuará.
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