jueves, 16 de mayo de 2024

“Desmontando el progresismo” ( y I I )


 

El título completo del libro es “Desmontando el progresismo. La izquierda en sus cavernas”, autora Edurne Uriarte, Fundación FAES, Editorial Gota a Gota, agosto de 2012 segunda edición, 323 páginas, incluido ÍNDICE ONOMÁSTICO Y DE MATERIAS.

Como decíamos en la anterior entrega, el libro consta de cuatro capítulos: “En la caverna terrorista”, “En la caverna pacifista”, “En la caverna identitaria” y “En la caverna radica. Radiografía del intelectual progresista: arrogante, intolerante y radical”, siendo este último el que más nos ha impresionado

 Remitiéndonos al Capítulo 4, “En la caverna radical”, páginas 239 a 288, se lee:

 “La arrogancia explica una buena parte de lo que viene después en la radiografía del intelectual progresista. Explica el origen de la intolerancia y explica el extremismo. Es la arrogancia de quien se ha sentido hegemónico desde hace muchas décadas Las ideas de  izquierda han sido sinónimo de corrección política en la universidad, en el periodismo, en la literatura, en el cine”.  (Página 239).

 “ . . . la izquierda intelectual no sólo mantuvo su dominio cuando las dictaduras comunistas reprimían y asesinaban, sino que logró culminar el siglo XX con un balance completamente desequilibrado respecto al rechazo de las dictaduras nazi y fascista, por un lado, y las comunistas por otro. Las primeras concitaron el rechazo generalizado. Las segundas han sido defendidas hasta nuestros días”. (Página 240).

 “. . . los intelectuales progresistas creen apasionadamente en sus propias fantasías, incluidas las cinematográficas, y, una vez creadas, una película a la que llaman documental en este caso, la convierten en fuente de ciencia y autoridad”. (Página 242).

 En la página 246, y dentro del apartado “El progresista crispado”, se lee:

 “En este ambiente ha sido posible que, en España, el progresismo desarrollara la otrora popular teoría de la crispación”. Más abajo se lee:

 “¿En qué consistió la teoría de la crispación? En que la derecha era agresiva y provocadora, decían, y en que un triunfo electoral de la izquierda traería consigo un clima de paz, diálogo y entendimiento. Teoría que envolvía el auténtico problema de fondo y es que el progresismo se crispa enormemente cuando no ocupa el poder. Creyente en el derecho inalienable de la izquierda a dirigir el Estado y la política, considera enormemente crispante estar alejada del poder. Y a eso, el progresismo lo llama ‘la crispación de la derecha’, es decir, la crispación que le provoca a la izquierda la derecha con su pretensión de llegar al poder y, cuando está en dicho poder, la pretensión de seguir en él”.

 Dentro del Capítulo 4 intitulado “En la caverna radical. Radiografía intelectual progresista: arrogante, intolerante y radical”, páginas 250 y 251, se leen unas frases del cínico, mentiroso y “Bobo Solemne” Zapatero:

“Ya en el poder, en julio de 2004, afirmó aquello de que, en 90 días, había desterrado ‘el clima de odio y rencor’ y lo había sustituido por ‘el diálogo, el respeto a todas las ideas y la verdad’. En noviembre de ese mismo año, insistió en un discurso ente el Comité Federal del PSOE y afirmó aquello de que ellos ‘habían cerrado el tiempo de la bronca desde el poder, de la desconfianza y de la sospecha, de la gresca continua y de la insinuosa imputación, de la permanente reprimenda’.

 Para esa época, noviembre de 2004, estos socialistas del ‘diálogo’, la ‘tolerancia’ y el ‘pluralismo’ llevaban muy avanzado el proceso de depuración de toda persona  no socialista y de izquierdas de todos los lugares donde tenían acceso. Yo misma no había tardado ni un mes en recibir la carta de despedida, por ejemplo, del nuevo director del CIS, Fernando Vallespín, de mi posición de miembro del Consejo de Redacción de la revista REIS, del CIS, después de la victoria socialista de marzo. El puesto no tenía remuneración alguna y, además, se trataba, se trata, de una revista meramente académica, pero el diálogo del nuevo Gobierno Zapatero era así de contundente con quienes no profesaban la fe socialista. Se trataba, al fin y al cabo, del ‘nuevo clima político’, como lo llamó José Blanco en 2004, ‘alejado de la crispación, de la mentira y del rencor, para practicar el diálogo, el respeto y el gusto por la verdad, izando de nuevo la bandera de la transparencia’.

 En el párrafo siguiente se leen otras lindezas del Bobo Solemne: “La derecha en este país me ha enseñado que es la izquierda la que hace avanzar los derechos democráticos”.

 En la página 252 con el título “Las hienas de la derecha y otros conceptos progresistas”, se lee unas frases de los lameculos “zapateriles”. No las transcribimos porque son una serie de exabruptos propios de gente ágrafa, badulaque, cenutria, ciclotímica, faramallera, loquinaria, tarúpida, etc, etc.

Como siempre decimos, recomendamos leer este extraordinario libro.



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