Y seguimos con el tema de la enseñanza.
Lo mismo los defensores de la libertad en la
enseñanza, que los que propugnan la estatalización, argumentan con gran efecto
propagandístico que usan la libertad, amén de la Justicia. Estas cosas,
obviamente, en la estatalización no existen.
Las personas que desean la verdadera Libertad y la
verdadera Justicia, mostramos gran desconfianza ante cualquier tipo de estado
totalitario ya que, obviamente, amén de invadir el terreno de la enseñanza, lo
harán también en los terrenos, políticos, sociales y económicos, que llevarán,
como está archidemostradísimo, a la ruina y a la miseria..
En el fondo “fondísimo” de este asunto está el
socialismo “científico” del judío Marx que dice, como ya saben
sobradamente, que la propiedad privada de los medios de producción genera las
divisiones sociales en clases, amén de la explotación de unas por otras.
Posteriormente se comprobó que estas cosas, y otras,
no eran ciertas, lo que llevó al socialismo, como estamos viendo en estos
momentos, a convertirse en un socialismo político y “educativo”, que recoge en
su regazo a las masas “desposeídas”.
En fin, no se puede permitir la libertad de enseñanza,
ya que de esta manera no se podrán conseguir “las conquistas sociatas”. De lo que
nada se habla es de la estatalización de las libertades y derechos del
proletariado. Sí se habla de “socialismo en libertad” pero esto no es más que
un lema, una frase, un eslogan, etc, ya que las relaciones sociedad-Estado
prácticamente no existen. Pueden comprobar esto si están leyendo las entregas “Noticias
de Cuba”.
Si verdaderamente se busca la libertad, la “ciudadanía”
tendría criterios opuestos y distantes del socialismo, cosa que no se puede
permitir. Hay que crear “talento” y “talante”, oiga.
Hay una cosa elemental: en una verdadera libertad de
enseñanza se forja y se moldea el modelo social de los próximos años. Para este
asunto habrá que tener en cuenta las diferentes ideas, juicios, concepciones, etc, que se
puedan forjar, dejando a un lado la omnipresencia estatal que, de forma
prepotente y pedante, dice que ha
recogido todo lo que la sociedad quiere y desea. Que se lo pregunten a los
cubanos, a los norcoreanos, a los venezolanos, etc.
En la próxima entrega veremos someramente que la
libertad de enseñanza es un revulsivo y un antídoto contra el estatalismo
Continuará.
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