jueves, 9 de mayo de 2024

Las dos Repúblicas ( X X V I I I ).


 Los aviadores mercenarios de la República.

Seguimos con pequeños detalles de nuestra guerra civil omitidos por los “historieteros”, por los tenores de lo políticamente correcto y por los de la recuperación de la memoria histórica, y ahora la democrática.

La República apenas tenía pilotos. Los auténticos aviadores expertos en combate, eran  los soviéticos con sus famosos aparatos “Chato” y “Mosca”. Ante esta situación, a la República no le quedaba más remedio que llamar a la puerta de sus embajadas para contratar los pilotos. Las condiciones eran: 1.500 pesetas de sueldo, más un plus de otras 1.500 pesetas por avión derribado. Ni qué decir tiene que era una verdadera fortuna por aquel entonces.

Ante tal oferta, acuden todo tipo de aventureros. Así ha sido el caso del estadounidense Harold Dahl, que se había fugado a México por estar perseguido en su país por deudas de juego. Tal personaje se presenta en España con su esposa Edith Rogers, mujer de gran presencia física y con pelo estilo Marilyn Monroe. Como tales pilotos no tenían mucha idea, se entrenaban en el aeródromo de Manises con los monomotores “Breguet”.

La citada esposa, hospedada en un lujoso hotel de Valencia, se aburre la pobrecita. Entonces le dice a su sacrificado piloto que la deje residir en Cannes. El marido acepta: su sueldo de mercenario da para esto y para mucho más.

Los nacionales, por el contrario, sólo han tenido un piloto mercenario: el también norteamericano Vincenzo Patriarca.

¿Figurará esto en la “memoria democrática” de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda? ¿Es este el “vínculo luminoso”?

Fuente.- “Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie”, autor Juan Eslava Galán, Editorial Planeta S.A., 2006, páginas 212 y 213.

Continuará.



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