Como ya sabrán, hemos escrito varios artículos sobre
el gran pensador y filósofo D. José Ortega y Gasset, hoy prácticamente olvidado
por los de la internacional de la mentira, del odio y del terror.
Como también sabrán, Ortega y Gasset fue el fundador
en 1923 de la “Revista de Occidente”, en donde se exponía todo el pensamiento
innovador de aquellos años, pensamiento que aún hoy día sigue vigente. Como
prueba de esto que decimos, transcribimos lo que decía este gran pensador en 1930
a los niños españoles de aquel entonces en su “Misión de la Universidad”:
“El porvenir de España depende enteramente de vosotros los niños españoles. Y dentro de vosotros, niños españoles, depende enteramente de que aprendáis o no aprendáis una cosa. ¿Sabéis cuál? Esto que habéis de aprender y cultivar en vosotros exquisitamente, niños españoles, es lo que en mayor grado faltaba a nuestros padres y nuestros abuelos. ¿Sabéis qué es? ¡Ah!, una cosa que parece muy sencilla. Ésta: distinguir entre personas. No ignoráis que con el ejercicio y el adiestramiento consigue el hombre perfeccionar incalculablemente su capacidad de distinguir.
A este fin yo os recomendaría, entre otras, cuatro reglas o criterios:
1ª- No hagáis nunca caso de lo que la gente opina. La gente es toda esa muchedumbre que os rodea –en vuestra casa, en la escuela, en la Universidad, en la tertulia de amigos, en el Parlamento, en el círculo, en los periódicos. Fijaos y advertiréis que esa gente no sabe nunca por qué dice lo que dice, no prueba sus opiniones, juzga por pasión, no por razón.
2ª- Consecuencia de la anterior. No os dejéis jamás contagiar por la opinión ajena. Procurar convenceros, huir de contagios. El alma que piensa, siente y quiere por contagio es un alma vil, sin vigor propio.
3ª- Decir de un hombre que tiene verdadero valer moral o intelectual es una misma cosa con decir que en su modo de ser o de pensar se ha elevado sobre el sentir y el pensar vulgares. Por esto es más difícil de comprender y, además, lo que dice y hace choca con lo habitual. De antemano, pues, sabemos que lo más valioso tendrá que parecernos, al primer momento extraño, difícil, insólito y hasta enojoso.
4ª- En toda lucha de ideas o de sentimientos, cuando veáis que de una parte combaten muchos y de otra pocos, sospechad que la razón está en estos últimos. Noblemente prestad vuestro auxilio a los que son menos contra los que son más”.
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