martes, 10 de enero de 2017

“La ceguera voluntaria” ( y I I )


El título completo del libro es “La ceguera voluntaria. Los socialistas y el nacimiento del mito soviético”, autor Christian Jelen, Editorial Planeta, 1.985, 235 páginas.  El libro está prologado nada más y nada menos que por Jean-François Revel. Esta obra es sencillamente estremecedora.

Como decíamos en la anterior entrega, en esta última veremos algo sobre la “grandiosa” revolución de octubre bolchevique y la toma del palacio de Invierno. En las páginas 23 y siguientes, se lee:

“Años más tarde, los principales protagonistas del golpe de octubre confirmarían esta versión de los hechos. Según Ttrotski,, que en Petrogrado dirigió la toma del Palacio de Invierno, ‘los residentes dormían apaciblemente y no sabían que en aquel momento un poder sucedía a otro. Adolf Ioffe, uno de sus adjuntos reconoce, que la toma del palacio de Invierno no fue una hazaña. Por ejemplo, habían previsto que el crucero Avrora bombardearía la sede del gobierno provisiona, pero resultó imposible, y el barco se limitó a disparar un cañonazo de fogueo. Tan sólo seis hombres de Ioffe resultaron muertos: fueron las únicas víctimas de la ‘revolución proletaria’. ‘El batallón de mujeres salió ileso – añade – Se rindieron llorando y exclamando: ‘No volveremos a hacerlo’.

Antónov Ovséienko, uno de los bolcheviques que participaron en la toma del palacio de Invierno, cuenta en sus memorias que los soldados de Lenin y Trortski, la ‘élite del proletariado’, cogieron una monumental borrachera después del asalto: ‘El regimiento Preobazhenski, encargado de montar la guardia ante las bodegas del palacio de Invierno, se emborrachó en su totalidad y fue declarado fuera de servicio. El regimiento Pávlovski, nuestro apoyo revolucionario, tampoco resistió la tentación. Se envió a grupos de hombres de distintos regimientos: también ellos se emborracharon. Los comités tampoco resistían. Al atardecer, aquello era una verdadera bacanal . . .’

Luego comenta el autor un artículo de Kritchevki de diciembre de 1917 aparecido en el periódico L’Humanité. Entre otras cosas se lee:

“Cuenta también que la ‘ciudad iniciadora de la revolución universal’ fue la sede de una inmensa orgía de vino durante ocho días con sus noches: ‘Las bodegas del palacio de Invierno fueron saqueadas sistemáticamente. El ejemplo de quienes forman la clase dominante de la capital llevó a la borrachera a amplias capas populares incluyendo mujeres y niños . . .

Frente a los borrachos, en cierto modo sinceros, vimos a mercachifles, soldados y civiles que, tras beber con moderación, se llevaron las botellas más caras, vinos generosos y champañas refinados, para vnderlas a buen precio . . .Los ‘sinceros’ se emborracharon como cubas . . .”

En otro párrafo se lee:

“Pero antes de la dictadura bolchevique no se habían visto nunca ‘progroms de vino’, ‘motines de borrachera’, ni la embestida de los soldados ‘revolucionarios’ y del populacho hacia el alcohol; embestida loca con tiros de fusil y de ametralladora en la propia capital ‘roja’ ”

En fin, a pesar de todo lo visto y de lo que se expone en este magnífico libro que recomendamos leer, aún hoy, y después del derrumbe dela URSS, todavía hay quien se cree que la revolución de octubre fue grandiosa y generadora de progreso, de fraternidad, de igualdad, y por si fuera poco, de libertad, libertad que en ningún país comunista existió jamás. Pero los idiotas útiles que diría Lenin, aún andan por ahí.

Como siempre decimos, y no nos cansaremos de repetirlo, libro muy recomendado para los de la memoria histórica, incluidos titiriteros, “artiscejos” y televidentes esclavizados por lo políticamente correcto.


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