Así se intitula un libro de Daniel Kowalsky, Editorial Crítica, 2.004, 529 páginas.
El libro está prologado, nada más y nada menos, que por Stanley G. Payne.
La obra, como todas las escritas después de la apertura parcial de los archivos de la derrumbada URSS, no tiene desperdicio.
Lo que pretendía Stalin con sus “asesores” y “consejeros”, era la sovietización de España. Los estandartes y efigies de Lenin y Stalin aparecían colgados por todas partes, especialmente en la Puerta del Sol y en la de Alcalá.
La intervención soviética en España se remonta a 1.930, cuando varias delegaciones de funcionarios de la Internacional comunista vienen a España para persuadir a los líderes del PCE que siguieran las instrucciones de Moscú.
El líder de Izquierda Socialista, Luis Araquistain, comenta la intromisión soviética, refiriéndose al embajador Rosenberg, página 32:
“Más que como un embajador, Rosenberg actuaba como un virrey ruso en España. Visitaba a diario a Largo Caballero, acompañado a veces por rusos de alto rango, militares o civiles. Durante esas visitas, que duraban infinitas horas, Rosenberg intentaba dar instrucciones al jefe del gobierno español sobre lo que debía hacer o dejar de hacer para dirigir la guerra con éxito. Sus indicaciones, que prácticamente eran órdenes, tenían que ver principalmente con los oficiales del ejército. Tales generales o tales coroneles debían ser destituidos, y en su lugar debían ser nombrados tales otros. Esas recomendaciones se basaban no en la competencia de los oficiales, sino en su filiación política y en su grado de sumisión a los comunistas”.
Este es uno de los libros que hemos leído sobre el tema de la Guerra Civil española más documentado, por no decir el que más. Consta de cuatro partes. La primera abarca los capítulos 1 a 3 con 257 notas bibliográficas. La segunda comprende los capítulos 4 a 6, con 235. La tercera va desde el capítulo 7 al 9 con 293 notas, y la cuarta comprende los capítulos 10 a 17 con ¡413! notas.
Por otra parte, en la página 517 se enumeran los distintos periódicos y revistas, 35 en total, de los que se extrajeron información, así como los comentarios que dicha prensa hacía sobre la situación española: van desde el periódico “Ahora”, pasando por “El Mono Azul”, siguiendo por “Izvestia”, “Komsomolskaia Pravda”, “Mundo Obrero”, “Pravda”, “Leningradkaia Pravda”, y terminando por el “Sovietskoe Kino” y por el “Times” londinense
En fin, y como siempre decimos, libro muy recomendado para los de la recuperación de la memoria histórica, así como para los de la internacional de la mentira, del odio y del terror, y también para algún que otro intelectualillo de medio pelo, marxista, dogmático y pedante, que prefería las historietas de la editorial Progreso de Moscú.
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