Como decíamos en la anterior entrega, en ésta vamos a ver someramente los ultrajes e injurias a los símbolos de la Patria en un escenario futbolero, como ya saben sobradamente.
En ningún país del mundo se hubiese permitido lo visto en un partido de eso que llaman fútbol (22 personas corriendo detrás de un kilo de aire encerrado en un cuero), entre los equipos del Bilbao y del Barcelona, (poderosas herramientas del separatismo): un brutal y monumental abucheo y pitada al Himno de España en la final de un torneo que llaman Copa del “rey” ¿de qué rey? ¿del que permaneció impasible ante tal abucheo y pitada como si la cosa no fuera con él? No cabe duda de que esto representa la degradación y resquebrajamiento de esta impresentable España.
Por otra parte, si las aficiones de estos equipos separatistas no quieren saber nada de España, ¿por qué demonios no se niegan a jugar dicho trofeo de la copa del “rey”? La incoherencia es bestial.
Lo que también es incoherente es que el gobierno no tome las medidas oportunas por el ultraje a los símbolos, que es un delito tipificado en el Artículo 543 del Código Penal, que dice:
“Las ofensas o ultraje de palabra, por escrito o de hecho a España, a sus Comunidades Autónomas o a sus símbolos o emblemas, efectuados con publicidad, se castigarán con la pena de multa de siete a doce meses”.
Claro que a lo mejor este gobierno de híbridos y desnortados personajes, creen que el “código” es la articulación de “brácigo”, oiga. A lo mejor también creen que el tal abucheo es un acto de “libertad de expresión”.
Lo que también llama la atención es que las personas que acompañaban a Felipe V I “El endilgado”, tales como el Ministro de Cultura, el presidente de la Federación Española de fútbol, e incluso el seleccionador Vicente del Bosque que, como recordarán, recibió en 2011 el premio de “Español Ejemplar”, no tuvieron los dídimos suficientes para manifestar, aunque fuese a título individual, su repulsa a tales actos.
Si estos actos de repudio se hubiesen visto, por ejemplo en Francia, los miembros del gobierno abandonarían inmediatamente el campo, el árbitro suspendería el partido y el gobierno tomaría las medidas oportunas, ya que así lo tienen establecido.
Dichos actos son impensables en EE.UU., por poner otro ejemplo, ya que no está previsto que tal burrada suceda contra el National Anthem. Como ya saben, los norteamericanos tienen su norma cuando suena su Himno:
"Mirar la bandera y estar de pie atentamente con la mano derecha sobre el corazón y, si aplicable, los hombres deben quitarse la prenda que lleven en la cabeza con su mano derecha y sostenerla sobre su hombro izquierdo, con la mano sobre el corazón".
En fin, tal parece que otra etapa negra se cierne sobre España por mor de estos enajenados separatistas, y por mor también de otros pelusos coletudos que no traerán más que desgracias. Al tiempo.
Continuará.
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