sábado, 7 de enero de 2017

“La ceguera voluntaria” ( I )


El título completo del libro es “La ceguera voluntaria. Los socialistas y el nacimiento del mito soviético”, autor Christian Jelen, Editorial Planeta, 1.985, 235 páginas.  El libro está prologado nada más y nada menos que por Jean-François Revel. Esta obra es sencillamente estremecedora.

Nos dice Revel en el prólogo:

“¿Acaso el hombre, tal como pretende, desea conocer la verdad? ¿Acaso desea, cuando la conoce, sacar partido de ella? ¿Acaso desea la libertad? ¿La justicia? ¿Acaso desea, incluso, la prosperidad? Llegamos a dudar de ello cuando asistimos al espectáculo de tantas personas inteligentes que, resguardadas en una democracia de progreso social, han escogido con pleno conocimiento de causa luchar por una sociedad basada en la mentira, la esclavitud, la desigualdad, la miseria y la muerte”.

Más adelante comenta:

“La realidad soviética cristalizaba en lo inaceptable, pero la propaganda soviética alcanzaba un arte tan perfeccionado del engaño que no sólo consiguió sustraer de las miradas de todo el mundo el infierno comunista, sino que logró hacerlo en el exterior por un paraíso. Algunos de los testigos honrados que se resistieron a dejarse embaucar, como André Gide o los excomunistas desengañados -  así Boris Souvarine – se toparon con un fuego tan intenso de contraofensivas, que fueron neutralizados y, a veces, desacreditados. Los socialistas occidentales, la izquierda no socialista e incluso la Liga de los Derechos Humanos se tragaron en estas condiciones los procesos de Moscú sin atragantarse demasiado”.

Al final del prólogo, se lee:

“Gracias al libro de Christian Jelen, advertimos que la izquierda no comunista incurrió muy pronto en faltas de honestidad intelectual graves.  Más tarde se acostumbró sin remordimientos a utilizar métodos de discusión estalinianos, violando de este moto los principios morales que reivindicaba”.

En la página 23 se puede leer lo siguiente sobre  la revolución de octubre soviética y la toma del palacio de Invierno:

“En la leyenda de la revolución de octubre, el hecho de armas más espectacular es la toma del palacio de Invierno. En efecto, ha conmovido la imaginación de las generaciones de jóvenes revolucionarios, que intentaron repetirla en los cinco continentes sin saber que el episodio de Petrogrado, el 6 de noviembre por la noche, consistió en el asalto a un edificio custodiado por tan sólo unos centenares de cadetes y un batallón de mujeres jóvenes presas del pánico”.

Sobre la toma del palacio de Invierno, diría Lenin posteriormente: “Fue más fácil que levantar una pluma”.

En la próxima y última entrega veremos algo sobre la “grandiosa” revolución de octubre bolchevique.

Como siempre decimos, y no nos cansaremos de repetirlo, libro muy recomendado para los de la memoria histórica, incluidos titiriteros, “artiscejos”, televidentes esclavizados por lo políticamente correcto y demás seres de alienantes rutinas.

Continuará.


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