miércoles, 18 de enero de 2017

“Adolfo Suárez. Historia de una ambición” ( I )


Así se intitula el libro de Gregorio Morán, Editorial Planeta, S.A., 1979, 401 páginas incluido Índice onomástico.


Como ya saben, hubo una época en la que se hablaba mucho de Adolfo Suárez. Desde hace tiempo se han publicado nada más y nada menos que siete libros sobre esta persona, casi todos ellos de carácter hagiográfico. Ha sido considerado, según la época, como un político culpable de los males de España de los años 80, o también, en estos precisos tiempos del siglo XXI, es considerado asimismo como la persona que trajo las libertades, la democracia, el consenso y demás.

Como prueba de esto que decimos no hay más que echar un vistazo, por poner un ejemplo,  al libro “Puedo prometer y prometo. Mis años con Adolfo Suárez”, autor Fernando Ónega, Editorial Plaza & Janés, 2013, 336 páginas. Este autor llegó a calificar a Suárez de “héroe nacional”.

Hubo más personas del entorno de Adolfo Suárez que escribieron también libros, todos ellos ensalzadores de su figura. Sin embargo hubo una excepción: la del ovetense Gregorio Morán con su obra que estamos comentando. Curiosamente, Morán abandonó el PC poco antes de su legalización por Adolfo Suárez en 1977. Hay que constatar que esta obra fue escrita precisamente en 1979 en plena presidencia de Suárez (1976-1981), cosa que no ocurrió con sus hagiógrafos. También en su obra “Miseria y grandeza del Partido Comunista de España 1939-1985. Un análisis implacable de importantes episodios históricos hasta ahora nunca desvelados”,  Editorial planeta, 1986, 648 páginas incluido índice Onomástico, nos habla Morán de Adolfo Suárez. (Este libro ya lo hemos comentado con fechas 26-11-2016, 9-12-2016 y 16-12-2016).

En la página 67, y dentro del apartado “Tercera estación. Adolfo cae por primera vez”, se lee:

“Apenas tiene veinte años cuando el obispo Don Santos Moro Briz, le nombre presidente del Consejo Diocesano de Jóvenes de Acción Católica. Larguísimo título que los interesados reducen al cacofónico de ‘el Presi de la Juven’. Para Adolfo es su primer cargo, su primera tentación y su primera caída.
Un joven ambicioso, recién matriculado como alumno libre en la Universidad de Salamanca, viviendo en Ávila, no tiene más opción que lanzarse al proselitismo religioso. No sobresale en nada, salvo en su simpatía y sus dotes para relacionarse”.  En la página 69 se habla de la entrada de Suárez en Acción Católica, y en la 71 se dice que “era de comunión diaria a los 14 años”.


En la próxima entrega veremos el apartado  intitulado “Un instinto, un olfato, una ambición”, que figura en la página 343 y siguientes.

Continuará.




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