miércoles, 25 de enero de 2017

“El conocimiento inútil” ( I I )


Así se intitula el libro de Jean-François Revel, Editorial Planeta, 2007, prologado por Javier Tusell, 499 páginas incluido ÍNDICE ONOMÁSTICO Y DE OBRAS.  La obra consta de  12 capítulos, de los que destacaríamos “La mentira compleja”, página 157, y "El fracaso de la cultura”, página 403.


Como decíamos en el anterior artículo, en éste veremos la enorme estafa que supuso la teoría de Lyssenko junto a la de Kondratieff. 
En la página 42, y dentro del capítulo 3 intitulado “De la mentira simple”, nos cuenta Revel la estafa científica que supuso la teoría biológica de Lyssenko. Curiosamente nada nos dice el autor de lo que le sucedió al economista  Kondratieff, cosa que haremos nosotros.

Kondratieff, economista ruso (1.892-1.930), demostró que la economía capitalista se movía en ciclos que podían durar hasta medio siglo, con alternancias de prosperidad y depresión, pero que en el cómputo total el crecimiento de la renta y de la producción eran innegables. Como esto no concordaba con la teoría marxista, que decía que “sólo existe una fase en la economía capitalista”, fue condenado al GULAG, donde murió loco a la edad de 38 años.

El caso de Lyssenko, puede considerarse como un caso de engaño, estafa, mentira, lavado de cerebro, etc que puede sufrir un pueblo. Este personaje prometió un desarrollo enorme de la agricultura soviética, engañando al pueblo diciendo que tal desarrollo produciría una segunda cosecha en invierno. Se basaba en que las leyes de Mendel eran “burguesas” y creó un sistema patrocinado por Stalin, basado en los fundamentos del marxismo-leninismo y que resultó, claro está, una patraña. Todo esto fue vergonzosamente silenciado por la historiografía soviética en su delirante afán de construir una nueva sociedad, sociedad que prescindiría de Dios y de todos los valores éticos y morales. Así les fue.

En la página 45, y dentro del mismo capítulo, nos dice Revel:

“Aunque en las ciencias sociales la frontera entre la mentira flagrante y la deformación ideológica más o menos consciente, que constituye un fenómeno diferente, es bastante vaga, podemos hablar de mentira cuando nos ocupamos de una falsificación palpable de cifras, de datos, de hechos. Un sector en el que la ciencia económica ha hecho florecer, con una exuberancia desbordante, ese tipo de mentiras es el que trata de los países en vías de desarrollo. Fueron motivos ante todo políticos los que inspiraron la gran impostura del tercermundismo, pero las mentiras científicas de ciertos economistas, demógrafos o agrónomos han proporcionado a esa impostura muchos eslóganes que la han sostenido y esparcido”.

En la próxima entrega veremos esos eslóganes.


Continuará.



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