martes, 10 de enero de 2017

Modernizarse



Recordamos que allá por los años 90, un “intelectualillo” socialista decía que “ser de izquierdas significa, ante todo, modernizarse”. 


Esto lo decía porque, según él, para conservar y mantener “el estado del bienestar”, había que reducir todas las rentas, con la consabida merma del tiempo de trabajo. Desde luego, a poco que uno piense, se pueden decir pocas memeces tan grandes como esta.

En los tiempos económicos de aquel nefasto PSOE, se reducían las rentas por otros motivos que todos sabemos, siendo el más grave el del despilfarro. No les importaba la recuperación de la productividad, recuperación que se podía conseguir por varios caminos. A saber:

I .- Lo primero que hay que hacer es racionalizar el estado de derecho. No se puede permitir que, por ejemplo, la educación y la medicina de un banquero o de un político de los “sueldazos”, sean financiadas por la colectividad y no por los afectados.

I I .- Se pretende y se dice aquello de repartir el trabajo. Esto es desastroso porque lleva a un descenso de la productividad. Si una fábrica “reparte el trabajo”, tendrá que admitir más trabajadores, con el consabido aumento de gastos fijos (la SS entre otros muchos) ¿Qué dirían los sindicatos a esto? Bueno, en aquellos momentos no decían ni pío, ya que estaban en perfecta sintonía con el gobierno. Además está el asunto de que personas con iniciativa y cualificadamente preparadas, verían truncadas sus lógicas aspiraciones de ascenso en la empresa y se marcharían para otra, con lo que estaríamos en las mismas. Es decir, después de visto esto, lo que habría que hacer sería trabajar más.

I I I ).- Otro disparate es reducir la edad de jubilación para “dar paso a los jóvenes”. Nosotros pensamos que lo que habría que hacer es precisamente todo lo contrario: aumentar la edad de jubilación para liberar al estado de las cargas correspondientes. Es un atropello brutal que en empresas públicas como la desaparecida ENSIDESA y la cuasi también desaparecida HUNOSA, se vayan para casa gente con cuarenta y pocos años o cincuenta. ¿Acaso no hay profesiones en las que se pueda trabajar hasta los 70 años? Todos sabemos que sí.

Lo peor en todo este asunto, es que aún quedan por ahí muchos fundamentalistas marxistas que siguen con su ceguera voluntaria. Si se les habla, por ejemplo, de que el dueño de una empresa, al que llaman despectivamente “capitalista”, tiene que ganar dinero para así invertir y ampliar la empresa, con el consabido aumento de la plantilla de trabajadores, con todos los beneficios que esto lleva para economía de un país, pues eso, si se les habla de esto, con lo primero que te saltan es que es un “fascista” y un enemigo del pueblo.


Otro aspecto muy negativo para nuestra actual economía es que existe una discrepancia muy grande entre la derecha y la izquierda sobre conceptos tales como productividad, producción y protección social, servicios públicos o sobre las cargas fiscales que debe soportar cada uno, etc. Unos y otros tenían que ser más eclécticos por el bien de todos. Pero descabalgar a algunos de sus planteamientos retrógrados y decimonónicos, es prácticamente imposible, aunque el tiempo no les haya dado la razón.



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