Como ya saben, el comunismo se adapta a cualquier situación para conseguir sus fines. Y una vez conseguidos se olvida de todo lo dicho e implanta su feroz dictadura.
El 18 de agosto de 1936, el PCE arremetía contra el Islam
recordando al temible “Moro Juan”, violador y saqueador. Decía el escrito del PCE:
“Las cenizas del obispo don Opas y del
conde don Julián se habrán estremecido de júbilo. No se ha extinguido su raza
de traidores. Satisfaciendo mezquinos apetitos de venganza personal, ellos
abrieron las puertas de España al agareno, que ambicionaba poseer nuestras
huertas feraces, nuestras ricas montañas, nuestra tierra incomparable, que
deseaba gozar la belleza de nuestras mujeres. Al cabo de varios siglos, se
repite su traición; curas y aristócratas, generales cobardes y señoritos
fascistas sacan de lo hondo de las cabilas más feroces del Rif los hombres de
más bestiales instintos, a los que traen a España a pelear prometiéndoles toda
clase de botín. Violaciones, asesinatos, robos: todo se les consiente.” (
1 )
El cínico y
criminal Santiago Carrillo, 68 años después, concretamente en abril de 2004,
defendió por televisión el acercamiento ¡¡¡entre el Islam y el comunismo!!!,
con motivo de que los
colectivos musulmanes pudieran utilizar la catedral de Córdoba como mezquita.
Sin comentarios.
( 1 ) “La
imagen del magrebí en España. Una perspectiva histórica siglos XVI-XX”,
autor Eloy Martín Corrales, Edicions Bellaterra, Barcelona, 2002, 248 páginas.
El párrafo citado figura en la página 176. El libro está prologado nada más y
nada menos que por Antonio Miguel Bernal Rodríguez.
Continuará.
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