Sí, este desgobierno que tenemos no tiene
calificativos. En el fondo sí los tiene, pero no nos atrevemos a escribirlos. Y
decimos esto porque parte de dicho desgobierno se va al extranjero para
“negociar” con un golpista: “Carlas” Puigdemont, un sujeto prófugo de la
Justicia, que exige la presencia de un delegado, de un agente, de un intercesor
internacional para comprobar que el mentado desgobierno no le engañe, asunto
este que es aceptado por Su Sanchidad. Si levantase la cabeza el genial actor
James Stewart diría que esto sí que es “El mayor espectáculo del mundo”, y no
la película en la que él trabajo.
El socialista Felipe González Márquez, sí se ha
atrevido a emplear un calificativo: intolerable, aunque también podría haber
dicho degradante, vergonzoso, denigrante, etc, ya que postrarse ante el tal
“Carlas” sí que valen estos calificativos.
En fin, no comentamos más sobre el asunto porque nos
ponemos catatónicos y ciclotímicos.
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