sábado, 30 de diciembre de 2023

Colapso de la URSS. Cambio de vida para millones de personas ( X X )


 

Como decíamos en la anterior entrega, en ésta seguiremos viendo lo que nos dice este libro sobre la miseria del pueblo.

En la obra “El imperio soviético”, autor Dionisio R. Napal, Editorial Stella Maris, Buenos Aires 1932, 286 páginas, se lee en las 181 a 183:

El diario La Opinión de París publicó en su número del 10 de abril de 1932, una nota de su corresponsal en Moscú, quien afirma que allí se sufre la mayor de las miserias, y que sólo los funcionarios y los niños comen pan blanco. Agrega que a  la población se le distribuye diariamente 400 gramos de pan negro por persona, fabricado con harinas de habas y papas, y que un obrero especializado, sólo puede conseguir mensualmente un kilo de azúcar, 500 gramos de cebada y de cuando en cuando 250 de jabón.

La Prensa de Buenos Aires en su número 9 de mayo de 1932, publicó un telegrama del que copiamos las siguientes líneas: ‘El gobierno de los Soviets ha restringido los servicios de abastecimiento de pan para el  pueblo, a fin de que el ejército rojo pudiera encontrarse en mejores condiciones de eficiencia’.

Asimismo, el Estado que venía incautándose de la totalidad de la producción agraria, se ha visto forzado a dictar un decreto que concede a los agricultores, en grupos colectivos, la facultad de disponer en su provecho personal de un 20 % aproximado de la cosecha. Esta resolución no puede ser más elocuente y confirma la veracidad de las informaciones anteriores. La resistencia de los campesinos ha determinado la crisis agrícola y ha puesto en peligro la estabilidad del gobierno, que para mantenerse en el ejercicio del poder público, no ha tenido más remedio que ceder”.

Y por aquellos años republicamos españoles por aquí se leían pasquines “¡Viva la URSS!”, además de crearse la “Asociación de amigos de la Unión Soviética”. Muchos de los fundadores de dicha Asociación no tenían ni idea del “modus viviendi” soviético ni de lo que allí estaba sucediendo. Entre ellos destacan Pío Baroja, Jacinto Benavente (que había sido Premio Nobel de Literatura en 1922), Concha Espina, Gregorio Marañón, Nicanor Piñole, Ramón del Valle-Inclán y varios más.

También por aquellos años, concretamente el 6 de noviembre de 1938, el diario “La Vanguardia”, publicaba dos artículos intitulados “Veintiún años de progreso y paz”, y “La vida en la URSS. Una exposición en las Galerías Layetanas”, en los que se ponía a la Unión Soviética por las nubes sin tener ni idea de cómo era la vida allí. Esto lo veremos próximamente.

En la próxima entrega veremos algo sobre la “moral” que quiso, y quiere, implantar el comunismo.

Continuará.



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