Como decíamos en la anterior
entrega, en ésta veremos algo sobre casos de antropofagia y necrofagia.
En el libro “El imperio soviético”, autor Dionisio R. Napal, Editorial Stella Maris, Buenos Aires
1932, 286 páginas, se lee en la 179 y 180:
“Fueron numerosísimos los casos de antropofagia y necrofagia,
según consta en exposiciones oficiales, en comunicaciones de los médicos y de
los extranjeros de la comisión de socorros. El doctor Vasilevsky manifiesta que
muchas veces los mismos padres, cuando un miembro de la familia fallecía, alimentaban
con su carne a los sobrevivientes. En otros casos, la misma madre o el padre
quitaban la vida a uno de los infantes para tratar de salvar la de los otros.
El mismo autor declara que en la pequeña república de los
‘Vakiros’ se constataron hasta el mes de julio de 1922, alrededor de 200 casos
de antropofagia y alrededor de 2.000 de necrofagia. El hecho de robar los
cadáveres en los cementerios resultó tan frecuente, que hubo que reforzar sus
guardias, lo mismo que en los morgues.
Provocadas por el hambre se han producido manifestaciones
obreras contra el gobierno, a pesar de que la tiranía reprime implacablemente
la menor protesta. En todos los casos el soldado rojo responde con descargas de
metralla.
Los estragos del alcohol, la falta de alimentación y los
contagios de la peste, han diezmado a millones de seres, a los que deben
sumarse las víctimas de las persecuciones y de las guerras civiles. La
injusticia del despotismo zarista, ha sido sustituida por la injusticia de la
tiranía soviética.
Sólo consumen pan blanco los funcionarios del gobierno.
El resto de los habitantes únicamente conoce el pan negro de maíz, habas y
centeno”
En la próxima entrega seguiremos
viendo lo que nos dice este libro sobre la miseria del pueblo.
Continuará.
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