martes, 12 de diciembre de 2023

“Ignorancia y libertad”.


 

Así se intitula un libro de Lorenzo Infantino, publicado por “Unión Editorial”, Madrid 2004, 293 páginas.

Como decíamos en la cuarta entrega sobre la libertad, vamos a hacer un pequeño comentario sobre este libro.

El autor, titular de la cátedra de Metodología de las Ciencias Sociales en la Facultad de Economía de la Universidad de Roma, ha publicado libros y ensayos sobre metodología y análisis social. 

En el presente libro, Infantino hace un análisis del pensamiento occidental y nos muestra el contraste que existe entre los que se consideran que están en posesión de la verdad absoluta, queriendo imponer esta verdad, su verdad, a los demás para tratar de crear y construir una sociedad a su imagen y semejanza, y los que, por el contrario, reconocen la ignorancia y la falibilidad del ser humano y rechazan el pedante punto de vista privilegiado sobre el mundo.

Nos demuestra que la libertad se afirma y produce desarrollo allí donde los hombres renuncian a ese absolutismo del conocimiento.

Esa libertad incluye, por supuesto, la libertad económica, ya que esta es la base de la discusión crítica y de la democracia.

En la página 41, nos dice Lorenzo Infantino que conviene insistir en que la condición que hace posible la libertad es la renuncia al “punto de vista privilegiado sobre el mundo”, renuncia que, en términos jurídicos, se manifiesta a través del principio de igualdad ante la ley.

Nos habla también de la hybris intelectualista, que lleva a los del “punto privilegiado” a confeccionar planes ilusorios sin fundamento alguno en la realidad. (Sobre esto deberían meditar algunos intelectualillos marxistas de medio pelo que, de forma pedante y presuntuosa siguen erre que erre con sus planteamientos trasnochados y decimonónicos, presumiendo que tienen razón pero, sin embargo, no tienen la verdad que, aunque parezca igual, no es lo mismo).

El libro termina con unas palabras que vienen como anillo al dedo ante la situación actual de España:

“ . . . lo peor que el hombre puede hacer, cuando renunciamos a las instituciones de la libertad y nos entregamos a la presunta omnisciencia de alguien, cubre en su totalidad la escala de la degradación, de la infamia y de la bestialidad”.

Añadimos por nuestra cuenta, unas palabras de D. Quijote a Sancho:

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar cubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida. Y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.



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