Como decíamos en las anteriores entregas, en ésta y en
las próximas, comentaremos algo sobre la historia de los nacionalismos, que no
han traído más que violencia.
Habíamos visto que en el mismo año que terminó la Reconquista,
surgió la empresa de Colón, con la conquista americana, surgiendo asimismo las
guerras religiosas europeas en las que España estuvo envuelta durante ochenta
años, además de verse atacada por los “piratas” de Turquía, Francia e
Inglaterra, lo que no impidió que tanto Carlos I como Felipe I I siguieran con
la obra unificadora de sus antepasados, consiguiendo que España viviera una
Edad de Oro tanto en las ciencias como en las artes.
En el aspecto político, España tuvo en las Cortes, que se reunieron
por primera vez en León, una institución que fue la precursora de los
parlamentos modernos. Dichas Cortes se reunían periódicamente, siendo superiores
a los monarcas, a los que se les tomaba juramentos, además de hacer todo tipo
de críticas públicas.
Como dato curioso decir que, junto a estas Cortes,
algunos reinos tuvieron virreyes propios hasta Carlos I. Tenían ciertos
privilegios, lo que se llamó fueros. Por ejemplo, Cataluña se unió a la corona
común como una federación formada por Aragón, Barcelona y Baleares, teniendo
por esta circunstancia órganos administrativos, servicios aduaneros, etc.,
hasta los siglos XVIII y XIX.
Los citados privilegios nada tenían que ver con los
regionalismos. Todos los españoles estaban empeñados en “reconquistar el suelo patrio en su totalidad” ( I ). Bien es verdad que la desastrosa actuación de
los sucesores de Felipe I I, trajo como consecuencia la aparición de tendencias
regionalistas.
Por otra parte, España tuvo que soportar las
intromisiones del extranjero a partir de 1640. Además, cuando los Borbón llegaron al trono en 1701, no gustaron al
pueblo debido, entre otras cosas, a su absolutismo, pues echaban de menos aquí
en España el centralismo de Estado que imperaba en la Francia de sus orígenes.
En la próxima entrega continuaremos viendo algunas
cosas más de esta “raleaza” borbónica de aquello tiempos.
( I ).- “Los españoles en la Historia y en la Literatura. Dos ensayos”,
autor Ramón Menéndez Pidal, Editorial Buenos Aires, 1951, página 101.
Continuará.
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