viernes, 15 de diciembre de 2023

La mentira ( I )


 

Como ya sabrán, Lenin, partidario de la mentira, del engaño, del odio y del terror, y del que un pedante marxista infumable decía que había sido el “personaje más importante del siglo XX”, manifestaba en su día que la mentira podría ser una buena arma revolucionaria. La verdad es que parece que se le ha hecho caso desde los tiempos del “gonzalato”, del posterior del “zapaterato” y sobre todo del actual del “sanchismo-yolandismo”.

Las mentiras que se vertieron, y se vierten, sobre la Historia de España, son notorias, pero no muy públicas para el “pueblo soberano”, que ni lee ni piensa. La historia que nos cuentan los “historieteros”de ahora, no está planteada sobre el análisis de los hechos que ocurrieron, sino que, por el contrario, se eliminan dichos hechos, contando una serie de mentiras totalmente opuestas y contrarias a lo sucedido y a la realidad, aunque, como ya sabrán también, cuando a Lenin le decían que su doctrina chocaba con la realidad contestaba con aquella parida de “lo siento por la realidad”. Pues estos sujetos y “sujetas” y “sujetes” piensan lo mismo, aceptando sumisamente lo que dicta el panel ideológico, ya que temen ser tachados de fascistas y toda la sarta de insultos sobradamente conocidos.

 Si verdaderamente quieren recuperar “la memoria democrática”, que analicen sencilla y objetivamente las causas de la Guerra Civil Española. Si son justos y honrados, verán que la mentira fue una buena arma revolucionaria, secuestrándose la verdad, que fue combatida y perseguida por razones políticas de quienes quería establecer en aquella España de entonces la dictadura más atroz de tos los tiempos.

 Mientras no se implante y se defienda la verdad y se excluya la mentira, seguiremos en las mismas. Pero, claro, oiga, la condición de “intelectual” es la que priva, aunque en el fondo no sean tal cosa, sino militantes bien “pagaos” de lo políticamente correcto.

 Continuará.



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