Sobre la
libertad y los políticos.
Se han escrito, y se escribirán, libros, obras más o menos voluminosas, manifiestos, panfletos, pasquines, etc, etc, sobre la libertad y sobre los políticos.
La libertad,
bonita palabra, ha sido invocada por la Humanidad desde hace tiempo, pero
cuando dicha palabra se escribe con mayúscula, se corre el riesgo de
considerarla como un ídolo, un absoluto o un dios, con lo negativo que esto
puede ser. Ya decía Santo Tomás de Aquino que el que no adoraba a Dios, adoraba
forzosamente otra cosa.
Se grita por
doquier ¡Libertad, libertad! El monstruoso Lenin decía aquello de “Libertad,
¿para qué?” Nosotros decimos “Libertad, ¿para quienes?” Porque si en
un estado democrático se da libertad a comunistas e islamistas, por ejemplo,
acabarán con la democracia de ese país. Seamos sinceros y concretos: hay que
dejarse de principios y ver las conclusiones a las que nos llevan dichos
principios.
En estos
momentos en España, y según los políticos, se dice que hay libertad. Pero entre
estos políticos hay quienes creen en España como nación, y otros que no lo
creen. Evidentemente, hay libertad. Pero, ¿cuál de estas dos opciones es
beneficiosa para nuestra Patria? ¿O es que sólo los vascos y los cubanos pueden
hablar del citado concepto de patria?
Normalmente,
las personas, sean políticos o no, que creen en España como nación, trabajan y
luchan para que salga adelante, mientras que las otras no hacen nada más que
aprovecharse de todo lo habido y por haber, insultando con todo tipo de
dicterios, ya sean académicos o no.
Además, el
fracaso político de estas últimas personas que les importa un bledo, dos
cominos y tres dídimos España, está a la vista: una nación rota, desgarrada,
manipulada, destartalada y desencuadernada.
Pero es igual,
esto no les incumbe ni les preocupa. Su única preocupación es seguir con sus
dogmas ideológicos totalmente arcaicos, desfasados, caducos y obsoletos, que
están dividiendo a los españoles llevándonos a contiendas civiles que no
auguran nada bueno.
Hay que
considerar también que cuando esta gente ve que sus dogmas e ideologías están
en peligro, recurren a doto lo recurrible para defenderlos, sin importarles lo
más mínimo el bien común o la paz de la sociedad. Así, se despilfarran y
sacrifican las cuentas fiscales, la industria, el renombre y la fama de la
nación, a la par que también se sacrifican trozos de tierra de la “Patria mía”.
Además,
fíjense si hay libertad en España que los padres ya no tienen autoridad dentro
de la familia, así como los maestros y profesores en escuelas y colegios, e
incluso los jefes en las empresas. Están imponiendo una autoridad colectiva que
ya sabemos a dónde nos llevará.
En una próxima entrega, y relacionado con este tema de la libertad, haremos un
breve comentario sobre el libro de Lorenzo Infantino intitulado "Ignorancia
y libertad", publicado por Unión Editorial, Madrid 2004, 293
páginas.
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