Y seguimos con la influencia soviética sobre la II República española que, como ya hemos dicho varias veces, se sigue omitiendo por los “historieteros” de ahora. En el presente artículo se verán las maquinaciones y mentiras del PCE, denunciadas nada más y nada menos que por Largo Caballero.
Cuando en plena república el Gobierno de Madrid huyó, los comunistas aprovecharon esta circunstancia para obrar independientemente creando la Junta, que era el primer paso para dominar la zona roja a espaldas del gobierno. A tal efecto escribe el Lenin español, es decir, Largo Caballero:
“La Junta de Defensa de Madrid se constituyó en franca oposición al
Gobierno, no obstante las órdenes dadas. No estaba a las órdenes de Miaja, sino
éste a las órdenes de ella. Cuando el ministro de la Guerra le llamaba la
atención sobre algo, se escudaba con que era de acuerdo de la Junta. En la
primera sesión comenzó Miaja a informar tendenciosamente diciendo que las
instrucciones recibidas no estaban claras; que se encontraba en situación
difícil, dando a entender que para él no había más autoridad que la de la
Junta. En vez de pedir aclaraciones, si no las había entendido, censuraba al
ministro. Algunos consejeros injuriaban al Gobierno, y especialmente al
subsecretario, general Asensio; se calumniaba a uno y a otro, y el general
Miaja, que presidía, lo toleraba todo en silencio, sin respeto al Gobierno de
quien dependía, ni al compañero de armas, general como él ¿Qué idea tenía Miaja
de sus deberes de lealtad al gobierno de la República y del compañerismo? No
podía sufrir el recibir las órdenes del ministro por conducto de un general más
joven y de menos antigüedad que él. Creía ser víctima de maniobras de Asensio.
En esta actitud estuvo siempre la Junta de Defensa de Madrid. Tenían en cuenta
al Gobierno sólo para hacerle reclamaciones y peticiones de dinero: brigadas,
materiales, víveres, vestuario, etc. La prensa de la capital - más
señaladamente la comunista – creó un ambiente favorable a Miaja y a los
miembros de la Junta, que les hacía inmunes a todos sus errores. Les colocó a
tanta altura que el Gobierno parecía una miniatura a su lado, con la autoridad
coartada. Atenuaban los fracasos de la Casa de Campo, de Brunete, y de La
Granja, y los elevaba a héroes por la derrota de los italianos en Guadalajara,
en cuya batalla ni habían estado presentes, ni tuvieron intervención alguna
directa o indirecta. Había que crear un mito frente al Gobierno y lo crearon. .
Los actos de organización de defensa, de valor y de sacrificio – y fueron
muchos – no se llevaron a efecto por la Junta, sino a pesar de
la Junta. Lo que no era obstáculo para que se organizaran suculentos banquetes
en los sótanos del Ministerio de Hacienda, donde se gozaba de más segura
protección contra los obuses ¡Heroísmo indiscutible del partido comunista, del
que tanto en los frentes como en la población tenían que defenderse los
socialistas, ugetistas y cenetistas” ( I )
¿Figurará algo de esto en la “memoria
democrática” de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda?
( I ).- “Historia
política de la zona roja”, autor Diego Sevilla Andrés, Ediciones RIALP
S.A., Madrid, 1963, páginas 369 y 370.
Continuará.
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