Vamos a ver ciertos personajes
mitológicos. Algunos de ellos podrían “vivir” en estos tiempos sin ningún
problema. También veremos palabras, e
incluso frases, que se usan hoy día y cuyo origen son nombres de la mitología. Aclararemos
que la citada mitología a la que hacemos referencia es la griega, y en algunos
casos la romana.
Como decíamos en la anterior entrega, ésta
la dedicaremos a Averno, que era el reino de Plutón. Éste, según los griegos,
era el dios de los suplicios eternos y sus dominios eran las entrañas y las
profundidades de la Tierra que, como ya es sabido, consideraban plana,
limitando al Oeste por el monte Atlas. Dichas profundidades se
comunicaban con la superficie terrestre por la laguna Estigia que, como ya
hemos dicho al hablar de Aquiles, su madre lo había sumergido en dicha laguna
para hacerle invulnerable.
El territorio se dividía en dos partes. La primera era el infierno o Averno, y
la segunda era los Campos Elíseos, que era la mansión de los héroes mortales
justos que recibirían sus premios y recompensas por su buen comportamiento y
por sus virtudes.
A su vez, el Averno se dividía en tres regiones:
1).- El Erebo, hijo del Caos. Aquí moraban los sueños y la noche, que
turbaban el sueño de los mortales; la Muerte, las Furias, que estaban siempre
de mal humor e irritadas, así como Cerbero, perro de tres cabezas que guardaba
la puerta del Erebo. De aquí proviene lo de cancerbero (can y cerbero), que es
el que guarda la portería.
2).- El Bárato, que era la región propiamente dicha de los tormentos que
sufrían las almas de los humanos por los crímenes cometidos. Estos tormentos
eran eternos.
3).- El Tártaro, que estaba separado del Averno por un grueso muro de bronce.
Esta región estaba bañada por el río Flegeton, cuyas aguas eran de fuego. Era
el sito de castigo de los inmortales y de sus descendientes.
Entre los moradores de esta región, podríamos destacar a Sísifo, que estaba
condenado a empujar una grandísima piedra cuesta arriba, que antes de
llegar a la cima de la citada cuesta, la piedra rodaba cuesta abajo, teniendo
que volver a comenzar la tarea. Su castigo había sido por ser un blasfemo y
sacrílego, a la vez que libertino.
El citado Sísifo, Teseo, Hércules, Eneas y Telémaco, fueron los únicos mortales
que penetraron en esta región, regresando después a la Tierra.
Continuará.
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