Como ya saben, hoy es el día
de la Constitución. Vamos a hacer unas pequeñas consideraciones sobre su
contenido y aplicación.
¿Se aplica y se respeta la Constitución por
parte de las fuerzas políticas y del gobierno? Evidentemente, no.
Para empezar, diremos que
nuestra Carta, en teoría, parece que contiene todos los ingredientes de un
sistema liberal parlamentario. Pero, ¿contiene los ingredientes de un sistema
democrático? Nosotros creemos que no porque, en realidad, no existe la manida y
sobada división de poderes. Esto lo sabemos sobradamente: hoy son los partidos
los que los que nombran el poder judicial y tienen bajo control al poder
legislativo. La tal división sólo es en la realización de funciones, ejerciéndose
éstas por personas nombradas o delegadas.
La Constitución creemos que se encuentra desbordada por los partidos,
por mucho consenso que se diga que hubo cuando fue redactada. Tal consenso fue
coyuntural. No hay más que echar un vistazo a nuestra historia reciente y ver
quiénes eran “los pilares” de ese consenso: partidarios de Franco, partidarios
de Carrillo y partidarios de González. Algunos de ellos, y a su manera, defensores de causas
antagónicas.
Los ingredientes democráticos
tampoco existen en nuestra Carta ¿Acaso no se han anulado, por parte de los
partidos de izquierda, prácticamente
todos los resortes de los españoles para hacer frente al gobierno y al poder?
¿Cómo es posible que un partido se pueda mantener gobernando con el apoyo de
grupos minoritarios y separatistas? ¿Cómo es posible, también, que un gobierno
no dimita al serle tumbados los presupuestos, o por ser corrupto, como ocurrió
alguna vez? ¿Hay movimientos civiles para denunciar esto? Incluso la recogida
de firmas para cualquier asunto ya no depende de la sociedad civil, sino de los
diputados. Sobre este asunto hay que tener en cuenta una cosa muy curiosa: en
Italia, por ejemplo, con una población de casi 20 millones de personas más que
España, basta con recoger 50.000 firmas, mientras que aquí se necesitan
500.000.
Por otra parte, ¿está
contemplado como es debido el recurso del referéndum? Creemos que no.
Hay también un asunto que
consideramos grave: el voto de los diputados siguiendo lo que se llama
“disciplina de partido”. Es decir, no se vota lo que más conviene a los
españoles, sino lo que más conviene al partido. Por tanto, las leyes que se
aprueben quedan en entredicho.
Recordemos también que la Constitución de 1.978
no fue hecha ni redactada por unas Cortes Constituyentes.
Al mismo tiempo, consideramos
que los gobiernos socialistas, tanto el de “Sonrisa de hiena” González, como el
anterior del Bobo Solemne, y el actual de Su Sanchidaad, aparte de sus
corrupciones y despilfarros, estaban y están más preocupados por la igualdad mal entendida,
que por la libertad bien entendida, con lo que tampoco hicieron caso a la Constitución. Esto
ha traído, como es de sobra sabido, un régimen en el que no hay ninguna de las
dos cosas.
Y no hablemos del asunto
religioso. Aquí el salto es a la torera, a pesar de decir la Carta que España es un
estado aconfesional, no laico, y de haber visitado Su Sanchidad y Sor Yolanda
al Papa Francisco.
Los que estamos cautivos y
desarmados somos los españoles en estos momentos. Cautivos del socialismo-comunismo-separatismo,
y desarmados de toda ética y conciencia moral. Tal parece que las tropas
internacionales, sí han alcanzado sus últimos objetivos. El que quiera entender
que entienda.
Pero es igual, oiga. Aquí
seguimos tocando la vihuela, y además sin plectro.
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