miércoles, 6 de diciembre de 2023

La Constitución y la vihuela


 

Como ya saben, hoy es el día de la Constitución. Vamos a hacer unas pequeñas consideraciones sobre su contenido y aplicación.

¿Se aplica y se respeta la Constitución por parte de las fuerzas políticas y del gobierno? Evidentemente, no.

 Para empezar, diremos que nuestra Carta, en teoría, parece que contiene todos los ingredientes de un sistema liberal parlamentario. Pero, ¿contiene los ingredientes de un sistema democrático? Nosotros creemos que no porque, en realidad, no existe la manida y sobada división de poderes. Esto lo sabemos sobradamente: hoy son los partidos los que los que nombran el poder judicial y tienen bajo control al poder legislativo. La tal división sólo es en la realización de funciones, ejerciéndose éstas por personas nombradas o delegadas.

 La Constitución creemos que se encuentra desbordada por los partidos, por mucho consenso que se diga que hubo cuando fue redactada. Tal consenso fue coyuntural. No hay más que echar un vistazo a nuestra historia reciente y ver quiénes eran “los pilares” de ese consenso: partidarios de Franco, partidarios de Carrillo y partidarios de González. Algunos de  ellos, y a su manera, defensores de causas antagónicas.

 Los ingredientes democráticos tampoco existen en nuestra Carta ¿Acaso no se han anulado, por parte de los partidos de izquierda,  prácticamente todos los resortes de los españoles para hacer frente al gobierno y al poder? ¿Cómo es posible que un partido se pueda mantener gobernando con el apoyo de grupos minoritarios y separatistas? ¿Cómo es posible, también, que un gobierno no dimita al serle tumbados los presupuestos, o por ser corrupto, como ocurrió alguna vez? ¿Hay movimientos civiles para denunciar esto? Incluso la recogida de firmas para cualquier asunto ya no depende de la sociedad civil, sino de los diputados. Sobre este asunto hay que tener en cuenta una cosa muy curiosa: en Italia, por ejemplo, con una población de casi 20 millones de personas más que España, basta con recoger 50.000 firmas, mientras que aquí se necesitan 500.000.

 Por otra parte, ¿está contemplado como es debido el recurso del referéndum? Creemos que no.

 Hay también un asunto que consideramos grave: el voto de los diputados siguiendo lo que se llama “disciplina de partido”. Es decir, no se vota lo que más conviene a los españoles, sino lo que más conviene al partido. Por tanto, las leyes que se aprueben quedan en entredicho.

 Recordemos también que la Constitución de 1.978 no fue hecha ni redactada por unas Cortes Constituyentes.

 Al mismo tiempo, consideramos que los gobiernos socialistas, tanto el de “Sonrisa de hiena” González, como el anterior del Bobo Solemne, y el actual de Su Sanchidaad, aparte de sus corrupciones y despilfarros, estaban y están  más preocupados por la igualdad mal entendida, que por la libertad bien entendida, con lo que tampoco hicieron caso a la Constitución. Esto ha traído, como es de sobra sabido, un régimen en el que no hay ninguna de las dos cosas.

 Y no hablemos del asunto religioso. Aquí el salto es a la torera, a pesar de decir la Carta que España es un estado aconfesional, no laico, y de haber visitado Su Sanchidad y Sor Yolanda al Papa Francisco.

 Los que estamos cautivos y desarmados somos los españoles en estos momentos. Cautivos del socialismo-comunismo-separatismo, y desarmados de toda ética y conciencia moral. Tal parece que las tropas internacionales, sí han alcanzado sus últimos objetivos. El que quiera entender que entienda.

 Pero es igual, oiga. Aquí seguimos tocando la vihuela, y además sin plectro.



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