Hay que “recuperar la memoria histórica”, oiga. Vamos
a ello.
Una de las últimas mentiras oficiales del
comunismo, data de 1.977 cuando se promulgó la constitución llamada de Breznez,
que sería la cuarta y última carta magna promulgada durante el período
soviético de la destartalada URSS. Esta última constitución fue, entre otras
cosas, engañosa, tanto en su elaboración como en su contenido. Toda la
parafernalia retórica democrática que se menciona en los primeros artículos,
queda automáticamente invalidada por el artículo 104. Este artículo define al
Congreso de los Diputados del Pueblo (órgano este compuesto por más de mil
diputados que tiene como instrumento permanente al Soviet Supremo), como órgano
supremo del poder del estado, con capacidad de decisión sobre todas las
cuestiones. Con tal formulación jurídica, se destruye y se zanja cualquier
intento de separación de poderes, separación que es esencial en todo
constitucionalismo democrático. Lo que se trata de encubrir aquí es la vieja y
manida consigna bolchevique de “todo el poder a los soviets”. Así les fue.
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