El
líder de UP y vicepresidente del gobierno califica a la oposición de “extrema
derecha, delincuente y asesina”.
Las
osadas mentiras (no admiten otro nombre), yo diría que merecedoras de su
entrega a los tribunales, manifestadas públicamente estos días por uno de
nuestros políticos en activo desde su puesto en un ministerio y ostentando
también una vicepresidencia de gobierno, nos llevan a recordar uno de los
episodios más bochornosos y deleznables de nuestra historia reciente, envueltos
en tal tragedia, que costó la vida a personas honradas y caritativas,
asesinadas con toda crueldad, en la fecha desgraciada de 3-4 de Mayo de 1936 en
Madrid.
Considerando
que en aquella convulsa época, una máxima comunista era “todos los medios son
buenos para triunfar”, otra “exterminar, exterminar” y la mentira y el fraude
habían dado tan buenos resultados en la última contienda electoral, aquellas
mentes malpensantes estimaron la oportunidad de servirse nuevamente de auxilios
tan exitosos para fines propagandísticos y, en un montaje digno del cerebro de
cualquier sádico personaje de los que tenemos por desgracia más de una muestra
en la historia, idearon difundir entre la ciudadanía, propicia para ello, el
brutal y despreciable bulo de que en los colegios religiosos, los curas, monjas
y algunas señoras dedicadas a la caridad, estaban repartiendo caramelos
envenenados entre los niños, con el fin de acabar con las vidas de los
supuestos alevines marxistas para así cortar de raíz la propagación de tal
doctrina tan beneficiosa para el pueblo, en su particular opinión.
Las
fuerzas de orden público muy poco o nada hicieron para cortar las consecuencias
del enorme e infame embuste y las casas de socorro se limitaron a publicar una
nota en la que decían que en ellas no se había atendido ningún caso de
envenenamiento de niños, comunicado innecesario a la vez que maliciosamente
sutil, con la idea encubierta de que se aceptaba la existencia de tales
envenenamientos...en alguna parte. Como curiosidad, se cumplían entonces cien
años de otro bulo semejante en el que se acusó a los frailes de envenenar las
aguas de las fuentes durante una epidemia de cólera. Dicen las noticias que
entonces fallecieron setenta y tres religiosos. La historia, fatalmente se
repite.
El
caso es que, ante las exaltadas, teatrales e histéricas actuaciones de
personajes cuyos nombres son conocidos: Julia “la Caballo”, Antonio “el
Miseria”, Palmira “la Platanera”, etc. que interpretaron una comedia con un
guion predeterminado y aportando como prueba el “cante” de una monja llamada
sor Delfina, los inocentes y crédulos padres fueron contagiados de la misma
histeria y montando en cólera y espoleados por los elementos citados (que una
vez conseguida su pretensión, desaparecieron hábilmente de la escena y se
diluyeron por las calles madrileñas), pasaron a la acción violenta. El daño
estaba hecho y ya las masas, enfervorizadas y ansiosas de venganza se dedicaron
a la caza, captura y martirio de las pobres monjas, frailes y señoras de Acción
Católica que los agitadores habían señalado.
La
historia nos relata con verdadero horror y con minuciosidad, los detalles de
esas capturas y posteriores linchamientos plenos de una crueldad y ensañamiento
tales que no me parece oportuno repetirlos aquí por lo criminal, vil y
deleznable: únicamente señalaré que se arrasaron iglesias, escuelas y
conventos, sacando sus enseres y entregándolos a las llamas y hubo unos cuantos
linchamientos precedidos de los más horrendos martirios.
Concluyendo:
mal empieza sus intervenciones el representante de UP que pretende y ambiciona
nada menos que ponerse a la cabeza de todo el movimiento y espectro
izquierdista para los próximos eventos y futuro, convirtiéndose en lo que tanto
le gusta, aunque maldiga el epíteto que
le correspondería: único caudillo.
P.D.
El caso de los caramelos fue negado en el parlamento por Casares Quiroga y se
considera también en algunos medios como lo que hoy llamaríamos “fake new”.
¿Podría ser también una “fake new” de una “fake new”? Los hechos no están
demasiado lejos en el tiempo para salir de dudas.
Francisco
Alonso-Graña del Valle
No hay comentarios:
Publicar un comentario