jueves, 25 de marzo de 2021

La mentira y el camaleón.


 Como ya saben, el monstruoso Lenin, tan admirado por Pablo Iglesias Turrión, dijo en su día que la mentira podía ser una buena arma revolucionaria. Probablemente se estén preguntando que a qué clase de mentira se refería es monstruo. Pues sencillamente a todas las clases, ya sea mentira familiar, política, ideológica, ética, moral, religiosa, jurídica, etc, pero sobre todo la mentira histórica e informativa.

Como ya saben también, el camaleón es un reptil escamoso de lengua larga que tiene unos ojos que puede mover libre e independientemente el uno del otro. Pero por lo que es más conocido es por su habilidad, pericia y destreza en cambiar de color, según las circunstancias, para camuflarse y no ser visto. Es decir, que estamos ante un ser “mentiroso” que actúa de esta manera con el objeto de supervivir, aunque tal “mentira” no es censurable ni criticable por tal motivo de supervivencia. 

Pero hay otros animales que tienen otro “dispositivo” para camuflarse también y supervivir políticamente: la palabra. Con este “dispositivo” se engaña, se miente, se manipula, se falsifica, se adultera, se traiciona, etc, etc, empleando demagogia, logomaquia, populismo, calambures, etc. Todo esto, y otras cosas más, se hacen y dicen para anular al adversario político y ganarse la confianza del “pueblo soberano”.

Por desgracia, la mentira camaleónica está presente en esta desguazada España.



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