Las consecuencias de la jornada laboral auspiciada por
la comunista Yolanda Díaz, que pretende que haya un acuerdo entre sindicatos y
gobierno, sin que nada pinte el empresariado, van atraer unos resultados
espantosos, ya que se va a cobrar lo mismo por trabajar menos. Así de sencillo.
Toda esta banda de truchimanes que nos desgobierna, no
quiere darse cuenta, por mala fe, o por ignorancia, de los costes añadidos que
esto traerá para las empresas ya que, entre otras cosas, no se contratará a más
trabajadores, amén de que descenderá la competitividad y la productividad.
Dicha banda, es incapaz de decir la verdad sobre el
asunto. El pragmatismo, la eficiencia, la buena gestión, la honestidad, la
dignidad, los acuerdos, los consensos, etc, les importan un bledo, dos cominos
y tres dídimos. Hay que seguir los dogmas ideológicos, sin importarle tampoco
nada el sentido común. El fanatismo así es.
Cuando la banda se dirige al “pueblo soberano”,
procura que en éste se impongan los sentimientos antes que los razonamientos,
asunto este que sólo sirve para que la gente se haga más radical, más
extremista, más drástica, más revolucionaria, etc, sin darse cuenta dicho “pueblo
soberano” que lo que se les está diciendo son ideas toscas, chanflonas,
trasnochadas, decimonónicas, etc.
En fin, son incapaces de salir del fango de la
envidia, de la desazón, de la codicia, de la pasión, del odio, del rencor, de
la tirria, del resentimiento, de la inquina, etc, etc.
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