Su Sanchidad, aunque él y su patulea no lo reconozcan,
está al linde del precipicio. A pesar de lo que disimula y lo niega, está
irritado e iracundo por la corrupción que le rodea. Pero esto no es óbice, ni
valladar ni cortapisa para alargar y prorrogar su aposento y residencia "monclovitas".
Como prueba de esto, ahí está lo que dijo: que estaba
dispuesto a viajar a Waterloo para entrevistarse con Puigdemont. Tal parece que
este sujeto es un jefe de Estado, oiga, aunque ya saben que es un elemento huido
de la Justicia española, señalado en rebeldía, acusado e inculpado por fraude y
estafa de fondos públicos, amén de tener una orden de detención. A pesar de
todo esto, la intención de Su Sanchidad es la de estar dispuesto a ir a Bélgica
para rendirse ante un golpista y rogarle e implorarle que le otorgue los siete
escaños de marras.
En fin, Su Sanchidad se aferra y se ase al mentado
Puigdemont y al fiscal general del Estado para obtener la mayoría parlamentaria
y no ser apartado y desdeñado por la Justicia. Pero a lo mejor le sale el tiro
por la culata, porque puede suceder que Puigdemont le dé una patada en el
tabalario.
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