viernes, 13 de diciembre de 2024

La realidad juvenil de la España actual


 

A poco que uno se fije en lo que ve, oye y lee, descubre un panorama poco menos que desolador en nuestros jóvenes, ya que ellos mismos se confiesan consumistas, agnósticos o ateos, perezosos, desconfiados e infelices, en el sentido de no ser feliz, ya que la otra acepción, según los “inmortales” de la RAE, infeliz es “bondadoso y apocado”.

A algunos les preocupa la violencia “doméstica”, la droga, el paro, el terrorismo y pocas cosas más. Ante muchas cosas son indiferentes y abúlicos, no importándoles la pobreza, la corrupción de los políticos, la inseguridad ciudadana y, por supuesto, les importa un bledo, dos cominos y tres dídimos la unidad de España. Leen muy poco. Dicen que “pasan” de la política, pero se declaran de izquierdas. No tienen sentido del deber.

 Casi por unanimidad rechazan la prensa, el Ejército y la Justicia. Pero por lo que verdaderamente sienten una gran aversión, a la vez que un desprecio total y absoluto, es por la Iglesia Cristiana. Y no digamos ya por la Católica, a la que achacan todas las típicas y tópicas acusaciones vertidas por los “mass-media”, tras los que se esconden toda una pléyade de intelectualillos de medio pelo que, como las pulgas, no muerden, pero hacen todo el daño que pueden. Bueno . . . algunos ya no pueden, pero en su día transmitieron, pluma en ristre, toda una serie de barbaridades contra “la infame”.

 Aplauden y son partidarios del “botellón”, y exigen “botellódromos”. Y si a todo esto unimos que no tienen referentes éticos ni morales, y que la Educación para la Ciudadanía “zapateril” se instaló en las aulas hace tiempo, la alarma y la alerta están servidas.

 En una palabra: lo más triste que se desprende de todo esto es que no sienten ninguna inquietud por todo aquello por lo que merece la pena vivir y luchar. La ausencia de valores es total.

 Y terminamos con unos disparates descomunales de esta juventud.

 La ignorancia, por ejemplo, en gramática, historia y geografía, es de asustar. Escriben “habrazo”, y dicen que un melómano es el que cultiva melones. Otros dicen que el gentilicio de los habitantes de Inglaterra es “inglaterrenses”.

 Dicen que “ayer ocurrió un choque de coches”. Lo correcto es “ayer tuvo lugar. . .”

 En una ocasión le preguntaron a una muchacha si Gadafi debía dejar Libia, a lo que respondió que si no se llevaban bien con ella, podía dejarla y divorciarse.

 A otro joven le preguntaron que dónde estaba el Canal de la Mancha, a lo que respondió que entre Cuenca y Ciudad Real, y que gracias a este canal se hizo del trasvase Tajo-Segura.

 Otro respondía que los terremotos se producían por ondas “rítmicas”.

 En fin, sin comentarios ¡Menuda España 2030 o 2050 nos espera, si es que el mundo existe!




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