viernes, 27 de diciembre de 2024

Pensamientos y reflexiones ( L X)


 

Algo sobre política y políticos.


 El mejor jefe de Gobierno es el que dice mucho y habla poco. En caso contrario será un jefe de desgobierno.

 

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Hay que tener fuerza de voluntad para ser flexible y adaptarse a las circunstancias. Si por el contrario los gobernantes se guían por los imperativos y preceptos de su propia convicción, la que se arma es gorda.

 

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Hay gobernantes y “gobernantas” que entran en el gobierno con caramelos y azúcar, igual que el domador cuando entra en una jaula. Pero lo que no dicen es que llevan también un látigo para quitar el “fango” y los “bulos”.

 

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Cuando se miente y se engaña, es decir, cuando se dice sí y no a la vez, la nación se irá tambaleando poco a poco.

 

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Decía el sabio Salomón que la soberbia es el heraldo de la ruina. También cabe decir que la vanidad es la jactancia, el orgullo, la presunción, el engreimiento, etc,  de los tontos.

 

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Hay muchos políticos, políticas y “polítiques” que confunden la autoridad con el mando. Así nos luce el pelo.

 

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El político que no apague su ira, su furia, su rabia, su saña, sus ofensas, sus enconos y rencores, acabará en la cuneta.

 

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Cuando en una nación surge un problema de tipo social, político o económico, y tal problema no se soluciona por la contrariedad, el antagonismo, la discrepancia, etc, etc, que hay entre gobernantes y los intereses del pueblo, las consecuencias ya se saben. Ahí están.

 

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El verdadero gobernante tiene que mirar de forma certera, experta, hábil, segura, etc, todo lo que tiene delante. Pero también tiene que mirar de la misma forma para lo que va dejando atrás. Pero, claro, hacer esto último caca de la vaca flaca.

 

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Cuando el “pueblo soberano” no se entera que está gobernado por poderes furtivos, ocultos, herméticos, etc, las consecuencias que esto traerá tendrán un fin terrible difícil de subsanar.

 

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En política, salvo raras excepciones, no se debe de creer a los que se tildan de profetas. Está sobradamente demostrado que cuando pronostican, vaticinan, presagian, auguran, etc, bienaventuranzas, dichas, prosperidad, paraísos, etc, la catástrofe, el desastre, la ruina, la desgracia, etc, están a la vuelta de la esquina.     

 

Continuará.




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