A ver si Su Sanchidad y sus “asesores” toman nota de lo que decía Abraham Lincoln hace casi 200 años. Como ya sabrán, Lincoln fue el 16º Presidente de EE.UU. entre los años 1861 y 1865, siendo asesinado en el mes de abril de aquel año. Sobre el decálogo que vamos a insertar, hay opiniones que afirman que no fue dicho Presidente el autor, sino el clérigo alemán William J. H. Boetcker, que posteriormente emigraría a EE.UU. Sea como sea, ahí va el decálogo:
1.
No se puede lograr la prosperidad
desalentando el ahorro.
2.
No se puede fortalecer a los débiles
debilitando a los fuertes.
3.
No se puede ayudar a los pequeños
derribando a los grandes.
4.
No se puede elevar al asalariado hundiendo
al asalariado.
5.
No se puede ayudar a los pobres
destruyendo a los ricos.
6.
No se puede establecer una seguridad
sólida con dinero prestado.
7.
No se puede promover la fraternidad del
hombre incitando al odio de clases.
8.
No se puede evitar los problemas gastando
más de lo que se gana.
9.
No se puede forjar el carácter y el valor
destruyendo la iniciativa y la independencia de los hombres.
10.
Y no se puede ayudar permanentemente a los
hombres haciendo por ellos lo que pueden y deben hacer por sí mismos.
Verdades como puños.
Seguramente que estarán pensando que si se hiciese
caso a este Decálogo, Su Sanchidad no tendría falta de los más de 900 asesores.
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