jueves, 5 de diciembre de 2024

Las dos Repúblicas. ( L X X V I I )


 

¿No hay que “recuperar la memoria histórica” “zapateril” y la “democrática” de Su Sanchidad? Pues vayamos a ello.

Los “historieteros” socialistas y comunistas de la “memoria histórica”, callan, silencian y omiten muchas cosas de aquella nefasta república, promovidas por ellos.

Durante el quinquenio (1931-1936), en el que hubo todo tipo de desgobiernos, se produjeron verdaderos actos antidemocráticos, algunos de ellos vandálicos: se quemaron iglesias; hubo todo tipo de prohibiciones y de persecuciones políticas, cerrándose cientos de periódicos, además de asesinarse a miles de personas.

De la revolución de octubre de 1934, que fue un auténtico golpe de Estado promovido por el PSOE y en el que se registraron miles de asesinatos y crímenes, nada dicen.

Como recordarán, Indalecio Prieto se fugó de España, siendo precisamente un miembro de su guardia personal el que asesinó a José Calvo Sotelo durante el gobierno, mejor desgobierno, del Frente Popular.

Con estas bestialidades, y otras, se creó una situación de violencia revolucionaria prácticamente inaguantable, que provocó la sublevación militar iniciándose la Guerra Civil, tan deseada, codiciada y ansiada por “El Lenin español” Francisco Largo Caballero, a la sazón uno de los líderes del PSOE.

Tampoco dicen nada de la “Ley de Vagos y Maleantes”, que apareció en la “Gaceta de Madrid” (BOE) el 5 de agosto de 1933. Cínicamente, los “historieteros” y el “pueblo soberano” tildan a esta ley de franquista. La ignorancia y mala intención son supinas.

“Recuperando la memoria histórica”, conviene recordar que el citado mes y año, la República estaba gobernada por el pedante izquierdista Manuel Azaña, que moriría católico. Como sabrán, en un discurso pronunciado en julio de 1938 en el ayuntamiento de Barcelona, pidió “Paz, piedad y perdón”.

Dicha ley de vagos y maleantes, fue promulgada de acuerdo con los grupos políticos de aquel entonces, prácticamente todos de izquierdas. En ella se penaba, castigaba y condenaba el comportamiento y conductas de ciertos individuos: “los vagos y maleantes”, “los rufianes y proxenetas”, “los ebrios y toxicómanos habituales”, amén de “los mendigos profesionales”, o como afirmaba el jurista Mariano Ruíz-Funes, perteneciente al partido de Azaña, esta ley valdría y se utilizaría para “limpiar algunas importantes ciudades españolas de extranjeros peligrosos”, diciendo también que serviría para expulsar y echar de España a todo aquel extranjero delincuente, diciendo asimismo que también valdría para la expulsión de extranjeros que careciesen de profesión.

¡Qué bien le vendría en estos momentos a España la aplicación de esta ley azañista! También le vendría bien a esta impresentable España, lo que decía Stalin en dicho año 1933:

“La homosexualidad es un vicio burgués y una perversión fascista”

¡Menudo “vínculo luminoso”!

 Continuará.



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