¿No hay que “recuperar la memoria histórica”
“zapateril” y la “democrática” de Su Sanchidad? Pues vayamos a ello.
Como
en Rusia.
Aquella gente, totalmente engañada por la propaganda
comunista, no sabía muchas cosas, como por ejemplo, el terror que se estaba
sembrando entre la población civil. Así, el historiador Stanley Payne dice que "durante los primeros meses de
enfrentamientos la mayoría de las bajas no provenían de combates en el campo de
batalla sino de ejecuciones políticas en la retaguardia. Eso era el terror
rojo”.
Lo que tampoco sabía esta
gente eran las hambrunas que padecía el pueblo soviético, aunque la propaganda
decía que no había desempleo y que todo el mundo cobraba, aunque no pudiesen
comprar nada porque todos eran dueños de todo.
Asimismo, tampoco sabían
que nadie estaba satisfecho con el régimen, salvo la privilegiada nomenklatura.
Y lo curioso del caso es que aún estando en desacuerdo con el modo de vida,
todo el mundo votaba al sistema porque allí no había democracia, ni partidos,
ni libertad, ni nada de nada. Así se derrumbó aquel terrible régimen
totalitario y criminal.
El caso más paradigmático
sobre esto, puede ser el del asesino de Paracuellos, ya saben, el hombre de la “brillante hoja de servicios”, que en
aquellos tiempos de la República exclamaba:
“Cada día es mayor mi amor a la Unión
Soviética y al gran Stalin”.
¡Menudo “vínculo luminoso”!
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