Repasando nuestra documentación, cosa que hacemos
frecuentemente, nos encontramos con un artículo aparecido en el diario “La
Nueva España” con fecha 30 de agosto de 2015. Dicho artículo, que nos lo había
enviado por e-mail un amigo, se intitula “Asturcones de leyenda”, en el que se
habla del caballo asturiano llamado asturcón.
El autor, o la autora del artículo, decía, entre otras
cosas, que estos asturcones “son salvajes, su vigor es
desproporcionado al tamaño y disponen de un nervio del que no todos los
caballos pueden alardear”. Y aquí se acaba la descripción de estos
animales. La verdad es que no comprendemos cómo se pueden omitir una serie de
detalles sobre estos animalitos.
Nada se lee en dicho artículo sobre el frente pectoral
musculoso de estos animales, así como de sus finas extremidades con cascos
pequeños, pero muy resistentes; tampoco se comenta nada de su alzada, 1,25 mts,
que lo hacía fácil para la monta. De la grupa inclinada, tampoco se dice nada,
así como de su perfil recto y de su cuello delgado y largo.
Se lee en dicho artículo que tales asturcones eran
de “difícil trato” y “compleja doma”, omitiendo
que, a pesar de ser salvaje, posteriormente fue domesticado, siendo utilizados
en trabajos agrícolas y de transporte. Y no solamente esto: los romanos, al ver
su robustez, lo llegaron a emplear en las minas.
Tampoco se dice nada del desarrollo de esta raza que,
según algunos, tuvo su origen hacia el siglo VII a. de C., cuando los celtas
llegaron a Asturias.
Los mismísimos Séneca, Estrabón y algunos más,
ensalzaron a estos animales por ser muy veloces y fogosos.
Pero lo más grave que se omite es que dichos
asturcones amblan, es decir, mueven las dos patas del mismo lado a la
vez, como los elefantes, las jirafas, los rinocerontes, los osos, etc.,
circunstancia esta que les impide saltar, pero que sin embargo les permite
avanzar sin levantar el cuerpo, lo que unido a su poca alzada, hizo que los
romanos los estimasen debidamente.
Y para terminar, una pregunta: ¿por qué no se pone
algo de esto, por lo menos lo de amblar, en los asturcones que hay en la Plaza de la
Escandalera de Oviedo? (Ver imagen). La verdad es que nos da cierto repelús
cuando vemos a turistas mirando estos animales, marchándose sin saber nada
de lo que hemos expuesto.
Nota.- En el Diccionario de los “inmortales” de la
RAE, nada se dice de la característica de amblar.
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