Y seguimos.
Como ya se sabe, el marxismo no
consiente la menor tolerancia con el adversario, es decir, el “enemigo de
clase”, al que hay que aniquilar.
La verdad es que esto no se
comprende muy bien desde muchos puntos de vista, incluido el marxista. Vamos a
ver: si las “leyes” descubiertas por Marx son las que rigen y dirigen la
evolución de la sociedad que la llevaran a los resultados previstos, ¿por qué
se va a tener que aniquilar al “enemigo de clase”, si va a desaparecer
inevitablemente?
Por otra parte, si estas leyes
del “socialismo científico” marxistas son verdaderas y todo ocurrirá como lo
predijo el judío, ¿por qué en sus tiempos Marx llevó a cabo una tremenda lucha
contra otras corrientes socialistas? El único motivo de tal lucha era la de
dejar claro, de forma pedante, que él era la auténtica autoridad sobre el tema,
autoridad que empleaba todo tipo de ardides, tales como la mentira, la
calumnia, el odio, la intriga, etc
Además Marx no respetaba las opiniones
ajenas, y era incapaz de mantener una polémica sincera, basándose en su falsa
erudición. Era el prototipo de la
intolerancia. No podía ser de otra manera: una ideología de odio de clases así
lo exigía.
Hay una cosa curiosísima. Veamos.
Como ya se sabe, por mor de esta ideología han perecido millones y millones de
seres humanos en todo el mundo, además de arruinar a países enteros como la
implosionada URSS. Pues a pesar de esto, hubo y hay pedantes marxistas infumables que
dicen que la culpa de todo esto no la tuvo Marx, sino Lenin y Stalin.
Por mucho que digan los marxistas
pedantes infumables, la teoría de Marx es acientífica, además de estar llena de
contradicciones e incoherencias. Esto lo veremos someramente en la próxima
entrega.
Continuará.
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