Lo que ahora no se cuenta. La vida de los animales

 La longevidad del reino animal es muy variada, empezando por la de las personas, que puede oscilar, como media, entre los setenta y noventa años. Por regla general, las mujeres viven más años que los hombres ya que, como es sabido, la próstata se hipertrofia inexorablemente produciendo la muerte. Esto que decimos, se puede observar en las esquelas: el porcentaje de “viuda de”, o “su apenada esposa” es elevadísimo.

En cuanto a la vida del animal irracional, el asunto no parece estar tan claro, ya que lo que se conoce es la vida de animales en los hogares, en las granjas e incluso en zoológicos. De los salvajes poco se sabe.

El animal más longevo conocido es la tortuga Marion de Fresne, nombre correspondiente al navegante y explorador francés Joseph Marion du Fresne, descubridor de varias islas del Índico (precisamente una de ellas se llama Marion), el cual descubrió dicho animal. Esta tortuga llegó a vivir 150 años, aunque probablemente hubiese podido vivir más, ya que murió en un accidente.

Pasando a los perros, animales muy de moda en estos tiempos de mascotas, se pude decir que su vida media oscila entre diez y doce años, con sus lógicas excepciones. Como ya es sabido, un año de estos animales equivale a seis o siete de una persona.

En cuanto a las aves, la cosa es más compleja. Los ornitólogos han descubierto que las aves canoras viven entre dos y tres años por lo general, si bien el canario bien atendido puede llegar hasta los doce.

Las aves grandes, tales como águilas, búhos, avestruces, etc, pueden pasar de los cincuenta.

Sobre los peces poco se conoce. Los grandes pueden llegar hasta casi los ochenta años. De los pequeños se sabe que viven poco, ya que son devorados por los grandes.

Los insectos son los que menos viven: como máximo un año, aunque la cigarra puede llegar hasta los diecisiete. Su “juventud” la pasa bajo tierra, pero una vez que ya es adulto y sale al campo, sólo vive unas semanas.

El insecto cachipolla, también conocido por efímera, que habita en las orillas de ríos, lagos y lagunas, es el que menos dura: un día como mucho.

En el otro extremo de estos animales está un isóptero: el termes tropical, que pude vivir hasta los cincuenta años.

Entre los mamíferos, como ya hemos dicho, la persona es la más longeva, si bien el elefante no se queda corto, ya que puede vivir hasta los setenta años.

De forma generalizada se puede decir que los animales grandes viven más que los pequeños. Por otra parte, los que se mueven con mucha rapidez y que son activos e inquietos, suelen vivir menos que los lentos y tranquilos. Como ejemplo de esto se podría poner el caimán, que es un animal tranquilo, sereno, perezoso, que pude llegar hasta los cincuenta años, en contra del diligente, ágil e inquieto pájaro carpintero, que no suele pasar de once.