Esfuerzo y dedicación

 José Julián Martín Pérez (1853-1895), natural de La Habana, e hijo de las personas españolas Mariano Martí, nacido en Valencia, y de Leonor Pérez Cabrera, natural de Canarias, fue un literato, periodista, filósofo y político demócrata-republicano, uno de los organizadores de la Guerra de Independencia de Cuba. De este señor se acuerdan los de la internacional de la mentira, del odio y del terror, sólo cuando les interesa. En su día dijo que había que ser cultos para ser libres, aunque de esta frase los mentados “internacionalistas” tal parece que no se acuerdan.

No cabe duda de que este señor tenía toda la razón, ya que la cultura, no la “kurtura”, es el mejor camino y medio para conseguir la libertad, principalmente la de pensamiento y, por supuesto, expresarlo a los cuatro vientos por los medios que sean. Para que esto suceda, tiene que haber una educación tal para que cultura y libertad vayan cogidas de la mano.

Pero, claro, el conseguir esto requiere un esfuerzo que empieza en el momento del aprendizaje, que debe de contar con educadores que sepan propagar, transmitir, explicar, aclarar y hacer comprender a los educandos, los conocimientos que deben tener, amén de que en dicho aprendizaje dichos educandos tienen que aprender, instruirse, memorizar y retener lo que se les enseñe.

Pero ¡ah!, si al alumnado no se le habla nada de esfuerzo y de dedicación, no existe ninguna oportunidad ni posibilidad de aprendizaje y de educación.

Visto lo anterior, y como ya sabrán, este desgobierno que tenemos aprobó en su día una ley, o como quieran llamarla, de educación ideológica, fanática parcial y sectaria, en la que no aparece el esfuerzo por ningún sitio, apareciendo verdaderos disparates, como por ejemplo, que la asignatura de Matemáticas tiene que enseñarse con una disposición “socio-apasionada”, oiga. Es decir: el Sistema Métrico Decimal, los quebrados, las tablas de multiplicar, las raíces, las derivadas, los integrales, la Geometría, la Trigonometría, el Álgebra y los distintos teoremas matemáticos, tienen que ser enseñados desde el punto de vista “socio-apasionado”. Es decir, que si a un educando “socio-apasionado” le da por decir que 7 X culo = 21, o que en su ciudad cayeron muchos litros cuadrados cuando llovía, hay que respetarlo, oiga.

Por otra parte, y como sabrán también, se podrán pasar cursos en Primaria y en la ESO, sin calificaciones y con suspensos. Viendo todo esto, surge una pregunta: ¿con qué objetivo, intención y propósito se hace todo esto? Pues con el objetivo que decía otro cuasi cubano, el impresentable Che Guevara: “Un pueblo que no sabe leer ni escribir es un pueblo fácil de manipular”. Esto sí que encaja perfectamente.