Como ya saben, desde hace
unos años, prácticamente desde el “zapaterato”, se está usando el vocablo
“género”, que ha creado toda una “ideología”.
Tal “ideología de género”,
como ya saben también, tiene por objeto y fin, aparentemente, el “clasificar” o
“dividir” al género humano en dos sexos, aunque hay otro sexo muy “orgulloso”
que, según esta ideología, quedaría fuera de combate.
Como ya hemos escrito varias
veces en este blog, estos “promotores” de dicha ideología tal parece que no
distinguen, o no quieren distinguir, entre el sexo de las personas y el género
gramatical.
Por otra parte, los mentados
“promotores” piensan y dicen que las diferencias entre hombre y mujer son
producto de una “cultura”, lo mismo que de épocas precisas y determinadas. Las
diferencias anatómicas, psíquicas, psicológicas, etc, etc, les importa un bledo,
dos cominos y tres dídimos, exhibiendo una “libertad” para que la persona elija
el “género”. Es decir: una persona normalmente constituida, que puede crear
familia, es tan “igual” como una lesbiana o un homosexual, que jamás podrán
reproducirse.
El mensaje subliminal de esta
“ideología” es el de transmitir que el vocablo “género” ha ido cambiando y
evolucionando con “el paso del tiempo”, siendo este vocablo el sustituto del
sexo, ya que este último es una “construcción social” impropia de los tiempos
actuales.
En fin, sin comentarios. Lo
peor del asunto es que la mentada “ideología de género” está anclada en
comentarios y discursos de todo tipo, ya sean políticos, sociales, estando
también anclada en el “Ente”.
Así estamos.
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