miércoles, 9 de marzo de 2022

“El show de sus señorías” ( 12 )


 Y continuamos con este libro. Como decíamos en nuestra  entrega ( 10 ) I I,  en las tres siguientes veríamos  “Ábrese la sesión”, “El silencio y el énfasis” y “He aquí un político”. Como “Ábrese la sesión”, ya la hemos visto en la  anterior, ahora toca “El silencio y el énfasis”, que figura en las páginas 58 y 59. Dice así:

“El silencio y el énfasis”

La figura de Romero Robledo aparece en otras muchas crónicas de Azorín. En ‘Romero en el Romeral’ le vemos haciendo juicios de valor sobre los hombres políticos de su tiempo.  Pero otros parlamentarios reclaman la atención del cronista. Azorín considera a Maura como el mejor orador de la Cámara: ‘Yo, modesto observador de los hombres y de las cosas he dedicado mi tiempo a estudiar, a la vista de las múltiples notas recogidas,  la oratoria del señor Presidente del Consejo. No os  estremezcáis. Ya en alguna revista hallará cabida el fruto de mis observaciones; pero por lo pronto, quiero adelantar a mis lectores algunas de las ideas de mi trabajo. En el señor Maura, todo es sincrónico y armónico: la voz, la locución y el ademán; mas hay en su oratoria dos características supremas, fundamentales, que son las que le hacen ser un orador insuperable. El señor Maura domina uno de los más peligrosos, pero más necesarios,  resortes de la oratoria: el énfasis; y el señor Maura sabe también hacer uso oportuno de otro recurso indispensable: el silencio, o sea las pequeñas pausas que en el curso de la oración es preciso ir distribuyendo cautamente, bien para dar solaz al ánimo del oyente, o bien, a la inversa, para encenderlo”.

Continuará.



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