martes, 27 de abril de 2021

Marxismo-feminismo. “¡Arriba parias, parios y paries de la Tierra . . .!”


 Ya hemos comentado varias veces algo sobre Simone de Beauvoir cuando dijo en 1949 aquello de “una no nace mujer, sino que se hace mujer”. Esta bestialidad sirvió para que muchos, muchas, “muches”, machos, “machas” y “maches”, empezaran a hacer su particular visión sobre la igualdad y diferencias de sexos, asunto este presente en medio mundo. Y decimos en medio mundo porque en países tales como Mauritania, Senegal, Egipto, Jordania, Marruecos, Líbano, Kuwai, Qatar, Turquía, Yemen, Arabia Saudí, Siria, Chad, Mali, Irán, India, Corea del Norte, China, Cuba, y algunos más que seguro nos quedan en el tintero, nada de nada.

Como ya saben, cuando se ataca al verdadero marido, es decir, al verdadero y real padre, no hay ningún inconveniente ni problema: todo el tinglado “de género” y galimatías que hay montados, se encargan de todo, incluyendo esto “todo” la destrucción de la verdadera familia, que es sustituida por la “monoparental”, la “monofilial” y la “gay-monial”, aunque no haya reproducción, oiga.

El desprestigio y la manipulación que practican los de la internacional de la mentira, del odio y del terror, sobre este asunto del feminismo, tiene su origen en el marxismo, aunque muchos, muchas y “muches” no lo sepan ni tengan ni puñetera idea, pues el marxismo, en este terreno, lo que busca es un enfrentamiento y lucha de sexos, así como un enfrentamiento y lucha contra el hombre, contra el patriarcado, al que asocian con el capitalismo, como no podía ser de otra manera. Es una segunda lucha de clases.

El feminismo, que se está convirtiendo en un arma revolucionaria,  pretende y busca otras cosas, como por ejemplo destruir nuestra sociedad, la familia, implantar la estatalización, con lo que la libertad de la persona se esfuma. Por otra parte, este marxismo-feminismo es antibiológico y antinatural. Tenía que habernos dicho Simone de Beauvoir en dónde compró o cómo se hizo con sus pechos, su vagina, su clítoris, etc, ya que no nació como mujer.

Como ya saben, el feminismo se inventó eso que llaman “género”, confundiendo este concepto con sexo, llegando a decir que la mujer es un “constructo social” y, por tanto, tiene que luchar contra esto, ya que se encuentra “oprimida” teniendo que luchar y combatir al hombre. Y así nació el aborto que es, ni más ni menos, asesinar a los hijos dentro del vientre de las madres.

Después viene el victimismo feminista en cuanto a la retribución salarial. No comentan nada de la elección del tipo de trabajo por parte de hombres y mujeres. Vamos a ver, ¿acaso no hay trabajos que generan más dinero que otros? ¿O es que un trabajador de la industria metalúrgica, por ejemplo, genera menos dinero que una trabajadora de la limpieza? ¿Acaso los trabajos realizados por hombre no son de mucho más peligro y riesgo que el de las mujeres? ¿Tampoco se tiene en cuenta que más del 90 % de los accidentes laborales los sufren y padecen los hombres?

Uno de los problemas de este marxismo-feminismo es no reconocer la diferencia natural y biológica que hay entre hombres y mujeres, que nada tiene que ver con la igualdad ni con la desigualdad. Y así llegamos a dónde llegamos: a una situación de enfrentamiento y discordia social por mor del intervencionismo estatal en los asuntos familiares. Hoy tenemos al Estado en nuestras casas, en nuestras cabezas, y hasta en las camas de algunos, de algunas y de “algunes”.

Y terminamos con una frase de la activista lesbiana Monique Witting que, entre otras cosas no examina, ni estudia, ni considera la heterosexualidad como asunto sexual, sino como tema político. La frase aparece en su obra “El pensamiento heterosexual y otros ensayos”, Editorial Egales, S.L., diciembre 2005, 130 páginas:  

“La categoría de sexo es el producto de la sociedad heterosexual que impone a las mujeres la obligación absoluta de reproducir la especie, es decir, reproducir la sociedad heterosexual” ¿Acaso se puede imponer a los hombres la obligación absoluta de reproducir la especie? ¿Acaso puede una lesbiana reproducir la especie? El cerrilismo y el fanatismo llegan hasta estos extremos. Las personas heterosexuales son las únicas que pueden reproducir incluso personas homosexuales. Éstas no.

¡Ah!, recomendamos a Irene Monero y a sus correligionarios que cuando canten “La Internacional” sean coherentes con lo que dicen y piensan y canten “¡Arriba parias, parios y paries de la Tierra . . .!”



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