martes, 6 de abril de 2021

República española. Crímenes y asesinatos ( I )


 

“La República del crimen” ( I )

Como ya saben, el 14 de abril de 1931, se proclamaba la Segunda República Española. Por tanto, en este mes se cumple el nonagésimo aniversario de este luctuoso acontecimiento. Y decimos luctuoso por la cantidad de crímenes, asesinatos, atentados, incendios, desmanes, desgracias, infortunios, violaciones, etc, etc, que tuvieron lugar en aquellos años, y que ahora se niegan, se omiten o se silencian ¿No quedamos en que hay que “recuperar la memoria histórica”? Pues eso es lo que vamos a hacer en unas entregas, pero ¡ojo!, “recuperando” la verdadera, no la de los de la internacional de la mentira, del odio, del terror, del oír, ver y callar.

Y empezamos comentando el libro “La República del crimen. Cataluña, prisionera (1936-1939)”, autor Francisco Gutiérrez Latorre, Editorial Mare Nostrum, Barcelona, 1989, 335 páginas, con Índice Onomástico incluido.

Este es otra obra de la que nadie habla y comenta, además de no verse por las librerías. Los de la internacional de la mentira, del odio y del terror la tienen prohibida.

En la solapa de la contraportada del libro se lee:

 “Con asombro y terror, el 30 de enero de 1939 se descubren las checas que la República del Crimen ha instalado en Barcelona para torturar a los presos. El 2 de febrero de 1939, diarios de todo el mundo cuentan el escalofriante hallazgo. Misiones diplomáticas de países civilizados vienen a conocer las siniestras casas de dolor, que dependían del SIM, organismo fundado por Indalecio Prieto, del PSOE, pero que tuvieron su máximo exponente en tiempos del Gobierno Negrín, también del PSOE.

La silla eléctrica que aparece en la portada, era la auténtica, instalada en la checa de la calle Vallmajor. Las checas fueron por diseñadas por un delincuente profesional yugoeslavo, Alfonso Lairentic, sobre planos muy similares a los de la checa que funcionó en la capital de Valencia con el nombre de Santa Úrsula. En este volumen se describen, con la máxima exactitud posible, las referencias de las checas barcelonesas.

La muerte era su juego favorito. Los milicianos populares se entretuvieron, inclusive, en exhumar los cadáveres de las religiosas de muchas Iglesias y en exponerlos en público, como las de la presente fotografía del Convento de las Salesas del Paseo de San Juan de Barcelona, de julio de 1936”.


El libro consta de X V I I Apartados, en los que se incluyen Notas, Bibliografía y Hemerografía. En todos ellos se ve el terror de aquella nefasta república.

En la página 66, dentro del Capítulo “La persecución trágica, cruenta, salvaje”, hay un apartado intitulado “Los pretextos y las acusaciones”. Se lee:

“Un vecino de Castanyet -  en la comarca gerundense de La Selva – Luis Albó y Comas fue asesinado bajo la acusación de tener oculto un sacerdote en su domicilio; un farmacéutico de Les Borges, Daniel Arqués Arrufat, sufrió muerte por recoger firmas para que fuera liberado su hermano Ramón, notario de la misma villa leridana, una tarea humanitaria en la que le ayudaron Ramón Farré Josa y José Giné Arrufat, ambos labradores, que también fueron asesinados, y en Torelló. Juan Vilanova Rull lo fue por defender a una monja agredida. Uno de los casos más patéticos sería, con toda seguridad,  el de un joven de dieciocho años, José Sandri Serra, vecino de Manlleu, acribillado a balazos por no delatar el paradero de su padre”.

Dentro de este mismo Capítulo, hay otro apartado intitulado “Escenario de paseos, en donde se lee:

“Las tapias del cementerio y el Campo de Marte fueron persistentemente utilizados en Lérida como lugares de asesinatos, pero en la capital del Segre hubo otro escenario singular: la mayoría de aquellos crímenes se cometieron en plena calle, en el entro de la ciudad. Una furgoneta requisada – pertenecía a una casa comercial cuya marca existe todavía hoy en Cataluña, y no parece delicado aludir a su nombre, que recuerdan todos los leridanos de más se sesenta años – recorría luego las vías públicas para recoger los cadáveres abandonados en ellas”.

Como siempre decimos, recomendamos leer este magnífico libro.

Continuará.



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