lunes, 19 de abril de 2021

El combate contra el cristianismo


 Hay que combatir al cristianismo. Esto lo tienen en el frontispicio tanto socialistas como comunistas.  Los de la “Z”, es decir, los “zetapedos” y los “zerolitos” lo tuvieron bien claro en su día.  Los de la “P”, es decir, los “podemitas”, también lo tienen bien claro en estos momentos. Ahí están los asaltos a capillas e iglesias (a mezquitas no), y las cabalgatas laicas y carnavalescas. Como ya sabrán, el asalto a la capilla de la Complutense estuvo protagonizada por gente “podemista”, que gritaban, entre otras cosas, “vamos a quemar la Conferencia Episcopal”, desnudándose en dicha capilla.

A pesar de que se habla de la “Alianza de Civilizaciones”, del “Multiculturalismo identitario”, de “Identidades culturales”, etc, etc,  la izquierda no entiende la religión como una identidad o manifestación cultural. Obviamente, de manifestación espiritual no quiere ni hablar.

Se considera a la religión como una flaqueza a la que, inexorablemente, el “progreso” acabará aniquilando. De aquí viene todo el esfuerzo que se está haciendo para que la religión cristiana en general, y la católica en particular, tenga una influencia mínima, por no decir nula. Para eso está la “Educación para la ciudadanía” zapateril, elaborada  con unos valores alejados de la religión, es decir, valores paganos que exaltan lo material; valores que se alejan de la finalidad de la vida, de su trascendencia, de la existencia de un alma inmortal, que Dios no existe, sino que “dios” es la naturaleza, etc.

Si a esto añadimos el prejuicio anticatólico arraigado en nuestra cultura, acabaremos de rematar la faena. Porque, ¿qué hubiese pasado si D. Brown, autor de “El Código Da Vinci” ( I ), en vez de atacar a la religión cristiana, hubiese atacado a otra religión? Inmediatamente se le habría tachado de intolerante, hombre de prejuicios, etc. No digamos ya nada si hubiese atacado al Islam.  Pero, ¿no quedamos que estamos en una época en la que está prohibido discriminar, en la que los prejuicios “ante lo diferente” deben desaparecer?

Lo que sucede es que la gente en general cree lo que quiere creer, sin importarle si se dicen mentiras o, si por el contrario, el asunto está fundamentado.

Estamos ante el enésimo asalto a la religión. Si no estamos atentos, no nos salvará ni la campana.

 ( I ).-Este libro lo tenemos comentado con fecha 1 de diciembre de 2.017.



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