Como ya saben, en diciembre
de 2015 se celebró en París lo que se llamó la “Cumbre del Clima”, con la
participación de unos doscientos jefes de gobierno de todo el mundo. Casi todos
estaban de acuerdo en que la Tierra se ecncontraba en peligro por mor del
cambio climático. Inmediatamente surge la pregunta de si esto es cierto. Nos da
la sensación de que esto tiene otros objetivos de tipo político basados en
dogmas y en sofismas “ad verecundiam”.
Según nos dicen los “expertos”,
estamos inmersos en un cambio climático porque, al parecer, la temperatura
promedio ha subido últimamente. Efectivamente, ha subido. Lo que no parece
estar tan claro es el por qué.
Siendo un poco objetivos, nos
entran muchas dudas cuando observamos detenidamente quiénes son los de la
“alerta”. Como se sabe, en su día se creó un Equipo Intergubernamental sobre el
Cambio Climático, patrocinado nada más y nada menos que por las Naciones
Unidas. Viendo los nombres de algunos componentes, le da a uno la impresión de
que lo que prima no es el prestigio de sabios, científicos y técnicos en la
materia, sino la diversidad geográfica y también, por que no, la ideológica.
Admitamos la subida de
temperaturas, ¿podremos descartar causas naturales, como pueden ser, por
ejemplo, los ciclos solares? A fin de cuentas, el sol es la principal fuente de
energía que tenemos. Esas causas naturales, ¿han sido tenidas en cuenta y se
han estudiado concienzudamente como para ser desechadas como origen de los
cambios citados? La verdad es que tal asunto no está lo suficientemente
esclarecido: machaconamente se nos dice que la subida de las temperaturas es
por culpa del famoso CO2.
Bien es verdad que desde que
se frotó el primer pedernal o sílex, el ser humano ha empezado a contaminar.
Pero hay que tener en cuenta que, a pesar de la cantidad de gas emitido desde
el comienzo de la revolución industrial, el clima ha cambiado poco. No
olvidemos que hasta los años setenta, según nos decían, nuestro planeta se
estaba enfriando.
Hay algo que nadie o, mejor
dicho, casi nadie, quiere comentar: el vapor de agua que, al fin y a la postre,
es muchísimo más abundante que el dióxido de carbono y que también produce
efecto invernadero. (Observar que cuando hay nubes no hiela).
La revista de Educación
Química decía en el año 2.004, que la subida de la temperatura era debida al
vapor de agua en el Hemisferio Norte, y que esto ocurría por la noche y en
invierno. El origen sería el riego de enormes extensiones de cultivo, amén de
la combustión de petróleo y metano que producen más moléculas de agua que de CO2
Si esto es cierto, sería
mejor consumir carbón antes que petróleo. Por otra parte, habría que desechar
las pilas de combustible, ya que producen básicamente vapor de agua a partir
del hidrógeno y del oxígeno.
Asimismo, las previsiones
catastrofistas que hacen estos “expertos”, como hizo Al Gore en su día, están
basadas en cálculos algorítmicos usando programas informáticos que sólo ellos
conocen. Porque, vamos a ver, ¿no están fallando constantemente las previsiones
meteorológicas a corto plazo? ¿Hay algún meteorólogo que se atreva a hacer
predicciones a largo plazo?
En fin, para terminar: bien
está la preocupación por el futuro de nuestro planeta, pero no debemos
olvidarnos tampoco de otros problemas que nos acucian y que nos están pidiendo
una rápida solución. Y si tanto nos preocupa el cambio climático, cuanto
ciertos politicastros se desplacen a sus suntuosas residencias, o se vayan de
vacaciones, que lo hagan en bicicleta, en triciclo y en patinete, o en
parapente, en vez de usar coches o aviones.
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