jueves, 22 de abril de 2021

Dulía, hiperdulía y latría


 Sí, estos tres tipos de cultos son los que se exigen en el marxismo, que es puro fanatismo y pura tiranía. Vamos a ver algunas características de esta doctrina, características que son omitidas, silencias o ignoradas por sus defensores y propagadores.

1º).- El marxismo tiene un verdadero horror a la libre discusión de ideas, a libre desarrollo de la literatura y del arte. Persigue de forma “gramsciana” el adoctrinamiento escolar y el monopolio de los medios de comunicación: prensa, radio, televisión, cuentos infantiles, libros de texto, etc, con lo que el individuo pasa a ser una mera oveja.

2º).- La hipocresía es tal, que lo hace aparecer ante el mundo como bondadoso, misericordioso, caritativo, amable, tolerante, comprensivo, complaciente, etc, cuando en realidad es precisamente todo lo contrario: es sembrador de discrepancias y discordancias (aunque luego en el poder no las admita), siendo el principal suministrador de combustible en las piras y fogatas de las desavenencias humanas, provocando guerras, instigando odios y rencores. Todo esto lo hace para conseguir el triunfo de su “religión”, sin importarle el exterminio de personas y causar la ruina de los pueblos. A pesar de esto, hablan de solidaridad y amor entre los pueblos y de la “¡Pax soviética!” ¿Se acuerdan? ¡Qué horrible sarcasmo!

 3º).- Los fámulos del marxismo se vuelven catatónicos y ciclotímicos contra todos los razonamientos que derrumban sus teorías, e intentan dar explicaciones “científicas” a todo el desbarajuste de sus ideas.

4º).- Todo aquello que no esté conforme con sus razonamientos, no es verdad y lo tachan de irracional denominándolo “indignas supercherías y antojos de cerebros delirantes”.

5º).- Con libros estultos y vulgares, pretenden cambiar y modificar hechos pasados históricos, pero no se dan cuenta que la verdad no se abate tan fácilmente. Ya decía Platón que “nadie es más odiado que el que dice la verdad”

6º).- Declaman cosas de memoria, hilvanando párrafos y más párrafos con una hábil selección de tópicos típicos y lugares comunes, con “argumentos” de relumbrón, pero sin base empírica alguna.

7º).- Con singular destreza y maña formulan frases y expresiones tendenciosas y exageradas de las costumbres del mundo capitalista. El amontonamiento de tales frases y expresiones tienden a provocar en el lector la convicción absoluta de que el capitalismo domina injustamente todos los ámbitos de la sociedad y tiende, también, dicho amontonamiento, a excitar el odio. Sin embargo, cínicamente, y al son de la Internacional, no les queda más remedio que aplicar medidas y políticas liberales y capitalistas para sacar la economía a flote.

8º).- Cantan las excelencias marxistas, pero nada dicen del sometimiento colectivo ni de los terribles “experimentos sociales”.

 9º).- Fanáticamente, los marxistas siguen en sus trece: no quieren admitir que con democracia y libertad, toda la “ingeniería social” marxista-leninista-gramsciana no funciona, como ya está demostrado sobradamente.

10º).- Como en el fondo se dan cuenta de que la doctrina no funciona, ahora se recurre al feminismo, al ecologismo, al treanssexualismo y homosexualismo y a todo tipo de “variantes” de integración social. El asunto es vivir bien en la poltrona y conservar los clientes, oiga.

En fin, seguimos con el fanatismo y el sectarismo presidiendo todo el acontecer político, social y económico de esta impresentable España. Así nos luce el pelo.



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