Y continuamos ilustrando al doctor Sancheznstein animándole a que lea los libros mencionados en la primera entrega, en la que decíamos que en una serie de ellas íbamos a ver lo que dicen esos libros, amén de ciertos periódicos de la época tales como “Mundo Obrero”, “El Socialista”, “El Debate”, “La traka”, etc.
El libro siguiente que relacionamos en la primera entrega intitulado “El bulo de los caramelos envenenados”, escrito por la ex marxista Regina García, de la que los “historieteros” no dicen ni mu. En la página 3 se lee:
“El 4 de mayo de 1936 fue un día en que,
como tantos otros, en la «pacífica» República Española se tiñó de sangre la crónica ciudadana madrileña. Hubo más de cien linchamientos e incendios y saqueos de las escuelas católicas y de los conventos que aún quedaban en pie, ya que fueron muchos los que
en fechas anteriores habían sido
incendiados por aquellos que se decían amigos
y amparadores de todas las libertades
y creencias. De todas, sí, de todas las
suyas, pero no de las de los demás”.
El libro siguiente relacionado en la primera entrega es “El desplome de la República”, Autores Ángel Viñas y Fernando Hernádez Sánchez. En la página 41, en el apartado intitulado “Los soviéticos también se afanan: la perspectiva militar”, se lee:
“No se trata
de analizar aquí las diversas teorizaciones que al respecto hicieron en Moscú
en la época o las que se han reflejado después en la historiografía. Nos basta
con señalar que, tanto por razones ideológicas como operativas, los soviéticos
construyeron una visión multidimensional. En ella integraron perspectivas
militares, políticas, económicas y de clase a las cuales añadieron las
imprescindibles dimensiones internacionales”.
El libro siguiente relacionado es “El expolio de la República. De Negrín al Partido Socialista, con escala en Moscú: el robo del oro español y los bienes particulares”, escrito por el anarquista Francisco Olaya Morales. En la página 313, dentro del apartado intitulado “El desvalijamiento de las cajas particulares”, escribe el autor sobre “el saqueo de las cajas particulares de los Bancos y otros bienes”, diciéndonos que “esta iniciativa, por sorprendente que pueda parecer, la tuvo en Barcelona, precisamente, el PSUC, filial del Partido Comunista, cuyos militantes si no contribuyeron a la lucha contra los militares el 19 de julio, supieron madrugar a la hora de alzarse con los beneficios. Pero lo grave, no es que estos elementos procedieran de la suerte, llevando su cinismo después hasta acusar a la FAI, de haber pretendido apoderarse del Tesoro español, cuando ya estaba en Rusia, sino el hecho de que Negrín hubiera sido informado de los hechos y no se diera por enterado, lo que sería una prueba complementaria de su connivencia con el PC”.
¿Era este el “vínculo luminoso de nuestro pasado”, doctor? Si usted se cree esto que dice, estará de acuerdo con el desvalijamiento de sus propiedades, así como de las de los marqueses de Galapagar ¿no? ¿Seguiría usted durmiendo tranquilo?
Continuará.
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