El ejercicio del derecho a la propiedad privada, debe estar extendido a todas las clases sociales. Es evidente que la persona humana tiene el derecho a usar los bienes de la tierra. Al tal derecho le corresponde la obligación de otorgar una propiedad privada.
El trabajo, exige algunas cosas (que muchos no cumplen), tales como el perfeccionamiento y conservación de un orden social que haga posible que esa propiedad sea segura.
Los países que han experimentado un rápido desarrollo, están basados en sistemas económicos que respetan la propiedad privada. Ahí tenemos a China, aunque en otros aspectos deja mucho que desear.
Es deber de los gobernantes es ampliar y facilitar el acceso y el derecho a la propiedad privada, tales como la vivienda, pequeñas propiedades agrarias, accionariado en empresas, etc.
Obviamente, todo lo anterior no excluye que el Estado y algunas instituciones públicas, posean, de modo legítimo, bienes de producción, sobre todo si tales bienes llevan consigo un enorme poder económico imposible de dejarlo en manos privadas, porque pondrían en peligro el bien común.
Por último, hay que reseñar que las empresas estatales, o paraestatales, deben estar en manos de personas que destaquen por su competencia y por su probada honradez, y no por su pertenencia a lo políticamente correcto del momento.
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