Como decíamos en la anterior entrega, en ésta comentaremos algo sobre la poesía lírica de la escuela salmantina. Esta escuela comprendía un grupo de poetas que se dan a conocer a mediados del siglo XVIII en Salamanca, iniciando el renacimiento de la poesía lírica auténticamente española.
Estos poetas tomaron como referencia y modelos a los clásicos del siglo XVII, principalmente a Fray Luis de León. De estos poetas destacan Diego Tadeo González, José Cadalso, Gaspar Melchor de Jovellanos, Meléndez Valdés, etc.
Las obras de Cadalso fueron muy admiradas por sus contemporáneos, destacando sus “Ocios de mi juventud”.
De Jovellanos diremos que destacó más como político que por literato, ya que tomó parte de forma activa en casi todos los acontecimientos que se produjeron a comienzos del siglo XIX.
Como poeta lírico comentar que sus composiciones eran de carácter campestre y muy sencillas.
Meléndez Valdés, discípulo y amigo de Jovellanos, destaca por sus poesías pastoriles, siendo muy importantes y notables varias odas de carácter moral y filosófico.
Fue partidario de la política napoleónica, ocupando cargos importantes durante el breve reinado de José Bonaparte. Por esta participación en dicho reinado, tuvo que huir a Francia al terminar la Guerra de la Independencia.
Cultivó la poesía lírica con gran esmero y cuidado, destacando su égloga “Batilo y Arcadio”, así como otra intitulada “A la paloma de Filis”, en la que imita a Garcilaso.
Sus obras románticas tuvieron gran fama, destacando “Doña Elvira”.
De sus obras morales y filosóficas se pueden destacar “Presencia de Dios”, “La gloria de las Artes” y “Adiós al Anciano”.
En la próxima entrega veremos algo sobre el teatro en el siglo XVIII
Continuará.
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