jueves, 25 de mayo de 2017

“Mao. La historia desconocida” ( y V I )


Así se intitula el libro de Jung Chang y Jon Halliday, Editorial Taurus, 2.006, 1029 páginas, incluido Álbum de fotos. 


Y terminamos con este magnífico libro que deberían leer todos los de la internacional de la mentira, del odio y del rencor.

Como decíamos en el anterior capítulo, en este último veremos algunos escritos más de Shiwei, así como la reacción de Mao al enterarse de la publicación de dichos escritos. Continuamos con la página 306:

“Diez días más tarde se publicó la segunda entrega. Shiwei insistía en su punto de vista:

‘Algunos dice que no hay un sistema de jerarquías y privilegios en Yan’an. Eso no es cierto. Sí que los hay. Otros dicen, sí, es verdad, lo hay, pero está justificado. Esto noes exige un poco de reflexión’.

Shiwei apelaba a os lectores a pensar por sí mismos. Además, sus argumentos eran razonables y elocuentes:

‘Yo no soy igualitario, pero no creo que sea necesario, ni que esté justificado, que existan múltiples gradaciones en lo que respecta a la alimentación o al vestido […]Si, mientras los enfermos ni siquiera pueden tomar un sorbo de sopa de fideos […] algunos peces gordos de por sí bastante sanos se permiten caprichos injustificados y en absoluto necesarios, las bases se alimentarán […]’.

Cuando Mao leyó esto, cerró el periódico y lo dejó dando una manotazo sobre la mesa. ‘¿Quién manda aquí? ¿Wang Shiwei o el marxismo?’, exclamó. Descolgó el teléfono y ordenó la remodelación del ‘Diario de la Liberación’.

Shiwei publicó algunos pensamientos todavía más punzantes en un cartel. Mao toleraba los carteles de denuncia para que sirviesen de válvula de escape a los intelectuales más jóvenes. Los carteles tenían la ventaja ( para él ) de que su número de lectores era muy restringido – y de que resultaba mu fácil rasgarlos o taparlos - . El cartel de Shiwei proclamaba: ‘Hay que establecer la justica en el Partido. Hay que acabar con las injusticias […] ¿Tenéis miedo de decirles lo que pensáis a los peces gordos? […] ¿O sois de esos a los que les gusta perseguir a los ‘modestos’ con falsas acusaciones?’ Más allá de la cuestión de los privilegios, Shiwei atacaba el mismo corazón de las tinieblas del Partido”

En fin, recomendamos leer esta obra para que conozcan uno de los personajes más siniestros que ha dado la Humanidad. Hay otro capítulo intitulado “La gran purga”, página 627, en donde se narra lo que Mao hacía para aterrorizar a la sociedad. También hay otro, “El adversario envenenado”, página 317, en el que se cuenta como Mao envenenó a  Wang Ming por el mero hecho de poner en tela de juicio sus métodos y su política.


¡Ah!, nos vienen a la memoria las palabras de un pedante marxista infumable que decía que “el pueblo chino era el más civilizado”. Mayor majadería no se pudo haber dicho.



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